El curso Inmigración y Comunicación que se celebra esta semana en el palacio de los Briones de Carmona contó con la presencia del corresponsal en Sevilla de La Vanguardia, José Bejarano; el fotógrafo de prensa Emilio Castro, el magistrado Herminio Maillo y el inmigrante guineano Umaro Cande.
Más que clase magistral, la que tuvo lugar ayer fue una lección de superación. Basada en la vida del inmigrante Cande, natural de Guinea Bissau y que en la actualidad trabaja en Bilbao, la conferencia recorrió la vida y la situación de los trabajadores extranjeros en sus lugares de origen.
La presentación fotográfica que se mostró a los alumnos ofreció la experiencia de Cande, que conforme pasaban las imágenes las iba ilustrando.
Con la ayuda del periodista Bejarano, Umaro fue narrando una historia en la que cuenta su travesía en taxi desde Dakar (Senegal) a su poblado en Guinea Bissau, Candemba-Uri, con un televisor y una bicicleta para los habitantes de su tribu. Las escasas visitas que Umaro hace a su familia, debido al gran coste del viaje, se convierten en algo parecido a la "llegada de los reyes magos", indicó Bejarano, ya que llega cargado de regalos y de útiles para sus vecinos, lo que provoca alegría y admiración entre los jóvenes y respeto entre los más ancianos.
Con los 200 euros mensuales que Umaro manda a su poblado viven 15 personas. Pese al rechazo del guineano, muchos de sus familiares tienen pensando viajar hasta Canarias. "Desgraciadamente, un hermano suyo espera en Nuadibu, la capital de Mauritania, a la salida de un cayuco", prosiguió Bejarano.
Los ponentes afirmaron como conclusión del relato del inmigrante guineano que políticamente "interesa desde Canarias agrandar la situación real para de este modo obtener más ayudas".
