Una calle lleva el nombre de uno de los primeros presidentes vecinales:Manuel Reyes. Su memoria está presente en Las Águilas, un barrio que nació hace cuatro décadas por una calle bautizada como prolongación de Afán de Ribera, la arteria principal del vecino Cerro del Águila. Sin embargo, sus moradores como Antonio Pulido, presidente vecinal dejan bien claro que esta barriada tiene su propia idiosincrasia y, por tanto, una batería de reivindicaciones 100% autóctonas.
A menudo insisten en que ni Cerro del Águila ni Su Eminencia, ¿qué es entonces la barriada de Las Águilas? Un barrio con una identidad propia. Con personas muy jóvenes que llegaron en torno a 1970 procedentes de distintas zonas de la ciudad, y no sólo del Cerro y de Su Eminencia como se cree. Vinieron buscando empleo en Induyco, Hytasa o Astilleros y se quedaron aquí a vivir. Desde un primer momento luchamos duro para lograr los equipamientos básicos, como el colegio de Nuestra Señora del Águila, pues antes teníamos dos caracolas. Para ello fue necesario manifestarnos y cortar la carretera de Su Eminencia. También nos tuvimos que movilizar para conseguir el centro de salud, la guardería, el centro de adultos y esta sede de la entidad vecinal en la calle Águila Real.
Ahora sin embargo apenas suena el barrio, ¿es que ya no hay nada que mejorar? No, ni mucho menos. Pero una de las características que define a la actual junta directiva de los vecinos es anteponer el diálogo y las negociaciones a los cortes y manifestaciones de antes.
¿Ycómo os va con esa nueva filosofía vecinal? La verdad es que nuestra posición no nos está dando la razón. Se han conseguido muchas cosas, pero también es cierto que no con la misma proporción de antes. Hay carencias y bastantes, aunque hay algunos asuntos que casi los tenemos conseguidos.
¿De qué carencias se trata? Lo primero, la recepción a nivel del arbolado y zonas verdes. Este barrio, a efectos de parques y jardines, no está recepcionado por el Ayuntamiento. Es muy triste que tengamos que esgrimir temas de seguridad para que vengan a podar un árbol, o bien que nos tengamos que aprovechar de la campaña electoral para que intervengan en los jardines. Nos referimos a zonas como las que hay en las calles Águila Barbuda, Águila del Oro o Águila Real, con árboles muy antiguos y con mucho porte que suponen un peligro para el viandante. Además faltan zonas deportivas, y los chavales tienen que saltarse la valla del colegio para hacer uso de las pistas del centro escolar.
¿Qué respuesta reciben sobre la poda de árboles? Tenemos una promesa municipal de que van a realizar una poda intensiva, que nunca se ha hecho en este barrio. Pero a fecha de hoy no se ha hecho nada.
¿Fue una de las promesas de Zoido cuando visitó el barrio? Aquí Zoido no ha venido nunca. La promesa viene a través del delegado del distrito [Cerro-Amate]. Tenemos pendiente la poda del barrio, y además aumentar la cadencia de los servicios de limpieza y reponer las papeleras. Cosas que tampoco se han hecho.
Precisamente el tema de la limpieza en los barrios fue uno de los caballos de batalla de Zoido durante la campaña electoral... Sí, ya, pero aquí la realidad es la que es. Los problemas de limpieza afectan a zonas próximas a la parada de Cocheras del Metro, como la calle Águila de Oro.
¿En qué les ha cambiado la vida estos cuatro años de Metro? Nos ha beneficiado en cuanto a movilidad, con una conexión más rápida con el Centro, el Aljarafe y Montequinto. Hemos pasado de estar a 30 minutos en autobús a 14 con el Metro. Pero luego nos ha perjudicado en aislamiento con los barrios colindantes (Los Prunos, Huerta del Águila...), que tienen que salvar a diario la estación elevada para venir al colegio o al centro de salud. El primer proyecto era soterrado, pero cambió sin saber por qué. También genera problemas de aparcamiento, pues los que vienen a tomar el Metro no tienen un parking donde dejar el coche.
¿En qué se ha notado la gestión del PP en los barrios? Hemos ganado en acercamiento con los políticos, que nos escuchan y nos reciben, pero a día de hoy tangible, que se pueda ver, no tenemos nada. Mira, estamos pendientes de un parque para mayores en la calle Águila Imperial-Águila Barbuda. Nos dicen que ya está licitado, pero nada más.
Poda, bancos, aparcamientos... ¿dónde quedaron los grandes proyectos que reclamaban los barrios? Pues sí. Los barrios estamos dando una gran lección de madurez en estos tiempos de crisis. Es como cuando el hijo no le pide dinero al padre porque sabe que está parado. Esto mismo sucede con los vecinos y el Ayuntamiento. Han dejado de reivindicarse grandes proyectos, pues vemos que los ciudadanos y las propias instituciones lo están pasando mal. Además, de un tiempo a esta parte advierto un progresivo envejecimiento y acomodamiento del movimiento vecinal en esta ciudad. Falta fuerza en los relevos.
