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Con esta actitud no se va a ningún lado, Betis

Los verdiblancos naufragan tras una pésima primera parte a la que no se pudieron sobreponer luego.

el 29 ene 2012 / 13:21 h.

El Betis logró ahuyentar la crisis con triunfos ante Valencia, Atlético y Sporting a base de sacrificio colectivo y máxima intensidad en el juego, y en cuanto ésta, la intensidad, ha dejado paso a la mandanga, pasa lo que pasó ayer en el partido ante el Granada, un rival que llegaba en zona de descenso tras sumar cuatro derrotas en los cinco últimos partidos –lo que le costó el puesto a Fabri– y que se paseó por el Benito Villamarín ante un conjunto verdiblanco desconocido y desbordaro en la primera parte, en la que ni olió el balón ni dio una derechas, lo que aprovecharon los nazarís para cobrar clara ventaja con dos goles, imposibles luego de remontar pese a que cambiaron las tornas tras el descanso.

Desde el pitido inicial se vio que algo no funcionaba en el Betis. El centro del campo alineado por Pepe Mel, con Juanma, Beñat, Iriney y Salva Sevilla, era incapaz de superar la atosigante presión que ordenó el debutante Abel Resino –y su segundo Sabas– y la superioridad física de los granadinos se hacía patente en cada balón dividido, por lo que éste casi siempre estaba en poder de los visitantes y pronto empezó a rondar el peligro por las cercanías de Casto.

Si a la mayor envergadura de los granadinos –con nueve jugadores por encima de 1,81 metros, talla que en el Betis sólo superaban Salva Sevilla y Santa Cruz– unimos una mayor intensidad y fe en lo que estaban haciendo, podremos entender la gran diferencia que hubo entre el fútbol de uno y otro en la primera mitad.

El 0-1 fue un buen ejemplo de ello: un balón que atrapó Martins por el costado derecho y que condujo sin oposición hasta la frontal del área, sorteando las débiles embestidas de hasta cuatro jugadores béticos, incapaces de frenarlo antes de que sirviera a Ighalo para que ajusticiara a Casto con un ajustado remate, seco y raso.

Ni con el gol en contra espabilaron los béticos, confundiendo intensidad con aceleración, lo que le ocurrió al central Mario en varios lances, uno de los cuales propició la jugada del 0-2. El central bético salió mal de su zona a intentar cortar un avance rival y dejó desguarnecida la retaguardia, por donde Franco Jara hizo y deshizo a su antojo y, en colaboración con Casto, que falló con estrépito en su indecisa salida, sirvió en bandeja el segundo gol a Martins para delirio de los más de mil hinchas granadinos repartidos por todas las zonas del estadio.

NO FUNCIONÓ NADA. En el Betis no había funcionado nada, en la zona ancha se echó mucho en falta el trabajo de Cañas y en la parte de atrás la defensa volvió a dar enormes síntomas de debilidad pese a al reaparición de Mario, que cuajó uno de sus peores partidos como bético. Tampoco fue la mañana de Casto, que llevaba tiempo sin cometer un error de bulto, y poco se le pudo ver a los delanteros, que durante los primeros cuarenta y cinco minutos no pisaron el área rival ni una sola vez con peligro.

En el descanso Mel optó por quitar a Salva Sevilla, que pegado a la banda apenas olió un balón, y dio entrada a Pozuelo, cuya presencia en el campo la acusó muy positivamente el resto del equipo, al que al menos se vio otra actitud sobre el terreno. El canterano se mostró incisivo y muy batallador y sus compañeros pronto entendieron que con ese talante, que no se les había visto en la primera parte, sí era posible dar la vuelta al partido, sobre todo si en alguna de las acometidas iniciales se lograba acortar distancias en el marcador.

Después de perdonar Martins el 0-3 tras una buena asistencia de Dani Benítez (58’), y ya con Jorge Molina en cancha, sí que gozaron los béticos de un par de buenas ocasiones para acortar distancias, pero el meta Julio César se lució al desviar a córner un remate a la media vuelta de Molina (66’) desde el punto de penalti y luego fue Pozuelo (72’) el que remató alto una buena combinación entre Molina y Roque.

El Granada se mostró descaradamente reservón en este segundo periodo, perdiendo todo el tiempo del mundo y renunciando al ataque para dedicarse a defender su botín. Jonathan Pereira (81’) hizo el 1-2 tras un fallo del meta rival a la salida de un córner, pero pese a que el árbitro descontó hasta cinco minutos, no hubo manera de que los béticos fueran capaces de rescartar ni un punto. Ayer no lo merecieron.

- Ficha técnica:

1 - Real Betis: Casto; Isidoro (Jonathan Pereira, m.65), Mario, Dorado, Nacho; Juanma, Iriney, Beñat, Salva Sevilla (Pozuelo, m.46); Rubén Castro (Jorge Molina, m.58) y Santa Cruz.

2 - Granada CF: Julio César; Nyom, Íñigo López, Borja Gómez, Siqueira; Franco Jara (Jaime, m.68), Yebda, Mikel Rico, Dani Benítez (Fran Rico, m.85); Martins (Abel Gómez, m.72) e Ighalo.

Goles: 0-1, M.13: Ighalo. 0-2, M.40: Martins. 1-2, M.81: Jonathan Pereira.

Árbitro: Javier Turienzo Álvarez (Comité Castellanoleonés). Amonestó a los locales Salva Sevilla (m.19), Nacho (m.88) y Mario (m.90) y a los visitantes Yebda (m.20), Dani Benítez (m.85) y Julio César (m.94).

Incidencias: Partido disputado en el estadio Benito Villamarín ante 36.755 espectadores. Terreno de juego en buenas condiciones. Antes del partido se guardó un minuto de silencio por los recientes fallecimientos del exdirectivo del Betis Joaquín Trancoso y por el cantaor y saetero Pepe Peregil.

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