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Con la escopeta cargada

El Real Betis tiene este Domingo de Resurrección un partido especialmente complejo. Primero porque Osasuna le ha dado tres palizas seguidas, y segundo porque es un campo donde suelen llover objetos desde las gradas, un tema que en estos momentos tiene muy sensibilizado a los béticos .

el 15 sep 2009 / 02:03 h.

El Real Betis tiene este Domingo de Resurrección un partido especialmente complejo. Primero porque Osasuna le ha dado tres palizas seguidas, y segundo porque es un campo donde suelen llover objetos desde las gradas, un tema que en estos momentos tiene muy sensibilizado a los béticos.

El peor enemigo en el peor escenario posible. Mala suerte la del Real Betis, porque en medio de su guerra contra las cacicadas de la Federación y de sus Comités a sueldo, el calendario ha tenido el capricho de situarle enfrente a su Bestia Negra, Osasuna, y en un escenario, el Reyno de Navarra, en el que no es complicado que lluevan objetos de su grada al campo, algo que el Betis va a observar con lupa.

El primer temor de este partido trampa se ciñe a lo deportivo. Osasuna, que no anda bien en la Liga, aunque va saliendo poco a poco de un problema clasificatorio gordo, le ha dado tres contundentes palizas al Betis en las tres últimas veces que se han visto las caras.

Fueron goleadas sonoras con repercusión social importante en el historia reciente del club verdiblanco, partidos, los de casa, en los que el Lopera vete ya sonó más fuerte que nunca. La primera de las goleadas fue en el Reyno de Navarra, en el segundo partido de Liga de la nefasta era Luis Fernández. Tras debutar con victoria ante el Celta (1-0) y empatar en Copa con el Real Madrid (0-0), el conjunto bético, en un partido mal planteado por el francés, se cayó con todo el equipo en Pamplona (5-1).

Casi más dura fue la vuelta. En la penúltima jornada de Liga, el 0-5 en el Ruiz de Lopera acabó con la carrera de Luis Fernández como entrenador del Betis. Pese a que sólo quedaba un partido, el tantas veces referido en Santander, Manuel Ruiz de Lopera tuvo el acierto de nombrar a Paco Chaparro como primer entrenador del equipo para tratar de eludir el descenso, como así pasó gracias a los diez últimos minutos de Edu, con dos goles tan importantes para la entidad.

Y a la tercera, ya este año, al menos no hubo 'manita', pero tampoco se puede entender como normal que Osasuna le volviera a ganar con rotundidad al Betis (0-3) en el Ruiz de Lopera, todavía con Héctor Cúper en el banquillo.

Y por si la marcha deportiva reciente del Betis, y los tremendos precedente con Osasuna, no fueran ya temas para centrarse muy en serio en lo que está por llegar, el Betis llega al Reyno de Navarra con la desagradable mosca detrás de la oreja del posible agravio comparativo.

El brasileño Lima, que ayer acudía a sala de prensa, es brasileño, pero ya le han avisado en el vestuario, porque es un tema que se comenta y mucho, que en Pamplona también vuelan las botellas y los que no son botellas cuando el respetable se calienta.

"El de Osasuna es un campo complicado, por cómo aprieta la gente desde la grada. Me han dicho que la gente también tira cosas al campo. La verdad es qué no sé qué pasaría si el domingo nos lanzan botellas. No sé si se suspendería el partido".

Lo cierto es que la plantilla del Betis acude al encuentro con la escopeta cargada, con la intención de no tolerar que pasen como si nada lo que cuando ocurre en su campo se convierte en escándalo nacional y concluye con sanciones ejemplarizantes.

Lima, que descarta marcharse cedido al Sao Paulo pese a que lo reclama, se limita a decir que "estamos tristes porque el final del partido ante el Athletic debió ser otro".

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