Estrella y Elena, mellizas, vestían ayer como cada día el uniforme de su guardería, el chándal azul de Patín Macarena, pero su madre no las llevó a clase sino a acompañar a sus seños a la sonora protesta convocada por la Coordinadora de Escuelas Infantiles (CEI) ante Torretriana para exigir a la Consejería de Educación un calendario fijo de pagos que acabe con los retrasos y el cumplimiento del acuerdo por el que les abonaba el mes de agosto y el 100% de las plazas de comedor cuando asistían a éste el 75% de sus alumnos.
"Estamos apoyándolas porque es injusto. No ha ido ningún niño y están todas las profesoras aquí", explicaba Elizabeth con Estrella y su peluche en brazos mientras de Elena se ocupaba su abuela. Un millar de personas, según la Policía, acudieron a la manifestación convocada, junto a un paro de 11.00 a 13.00 horas, por CEI y que, según su portavoz provincial, Rafael Pérez, secundó el 80% de las guarderías sevillanas conveniadas con la Junta (240 de las 360 de la provincia), cuyos trabajadores, muchos vestidos con los babis que usan en las aulas, trasladaron ayer pizarras, mesas y sillas a Torretriana, donde las reivindicaciones a la directora general de Planificación y Centros al grito de "Elena Marín cumple lo que firma" se mezclaron con El corro de la patata y otros clásicos.
Las guarderías abrieron con servicios mínimos para atender a los niños cuyos padres no tenían con quien dejarlos -por lo que la Junta alegó la dificultad de cuantificar el seguimiento del paro pero destacó que la atención a los niños estuvo garantizada-. En los días previos, informaron a los padres de sus reivindicaciones y les pidieron su apoyo. Patricia Fernández dejó ayer "con la abuela" a su hijo de dos años que acude al Triciclo de Gines y con su otro hijo en el carrito acompañó a las profesoras del centro a la protesta porque "no es plan que no les paguen, si hay un convenio que las guarderías cumplen no podemos arriesgar las plazas subvencionadas ni los puestos de trabajo porque la Junta no pague. Se podía recortar en los sueldos de los ministros porque mi pareja y yo trabajamos, no nos podemos permitir una privada y la abuela no siempre está disponible". A su lado Elena es una de las cuatro trabajadoras que atienden al hijo de Patricia y a otros 70 niños. Ayer acudieron "unos diez y se ha quedado una compañera". "La dirección está poniendo mucho de su parte pero si la Junta no paga no entra dinero y el comedor se paga al día, a nosotras también lo intentan aunque ya hemos tenido reducción de jornada", explicó.
Tamara dirige la escuela infantil Pipiolo de Umbrete, con seis trabajadoras de las que se quedó una para atender al único de los 56 alumnos que fue ayer. "Nos han quitado agosto y el 30% de la subvención del comedor y los pagos llegan tarde pero nosotros tenemos que seguir dando el servicio y nuestro personal y proveedores seguir cobrando. Estamos al día pero a base de créditos bancarios y préstamos familiares". A su lado, María del Mar Ponce, directora de Bosque de Hadas I y II en Bollullos, con 11 trabajadores en total, asegura estar "muy endeudada". "Debo a la Seguridad Social y a proveedores, estoy a base de aplazamientos porque los bancos no me dan crédito. Normalmente los pagos son a dos meses y al ser pequeñas empresas te comes lo ahorrado, si encima se retrasan y ahora nos quitan agosto, que nos permitía compensar el bajo precio de la plaza, congelado desde hace cinco años, es un descalabro".
La situación se repite en muchas de estas pequeñas empresas. Fuente, una de los ocho trabajadoras de Los tres cerditos de Mairena del Aljarafe, reconoció que "estamos al día en las nóminas porque las dueñas ya están usando dinero suyo, no pueden con esta situación". Dos de sus compañeras se quedaron en el centro para atender a 15 de los 80 niños que acudieron. Las tres empleadas de Los Angelitos, en Pagés del Corro, fueron a la protesta con algunos padres porque "no ha venido ningún niño". María, una de ellas, también admitió que "la dirección hasta ahora nos está pagando pero pidiendo préstamos".
El sector valoró la colaboración de los padres. "Están fastidiando mucho a los profesores y la educación de mi niño depende de ellos", decía Luis, padre de José Luis al que tenía en brazos durante una protesta en la que los más pequeños disfrutaron haciendo ruido con trompetas, bocinas, cacerolas o panderetas. Para Rocío, que lleva a su hija Alba a Snoopy 2 en Pino Montano, que las trabajadoras "lleven meses sin cobrar es muy duro. Yo estoy en la misma circunstancia porque mi marido le trabaja a la Junta y lleva un año sin cobrar".
La protesta convocada por CEI pretende que la Junta "rectifique" y negocie un calendario de pago y una fórmula para abonar agosto según el acuerdo firmado y que "siempre se ha pagado porque aunque los centros están cerrados, los trabajadores cobran sus vacaciones como cualquier otro, si no tendremos que prescindir de la plantilla y que todo el personal sea eventual", subrayó el coordinador provincial. La consejera de Educación, Mar Moreno, reconoció "discrepancias en los términos de los convenios" con el sector pero destacó su "voluntad de diálogo" y la prioridad que se está dando a estos pagos por delante de otros proveedores, así como la apuesta por mantener la bonificación de las plazas para las familias a las que se destinan "más de 160 millones al año".
La patronal ACES no secundó el paro pero pidió a la Junta que actualice los precios públicos de las plazas y no descarta emprender acciones judiciales si no se alcanza un acuerdo para el nuevo convenio que están negociando, un proceso para el que pidieron "unidad de acción". El PP arremetió contra los retrasos y apoyó algunas de las propuestas del sector como que la Junta les permita cobrar a las familias por horas en vez de un precio único (278 euros con comedor, 209 sin él) o no conveniar todas las plazas.