Local

"Con un kilo de arroz comen diez"

A los productos no perecederos que se solicitaban, los sevillanos unieron ayer productos navideños y dulces

el 30 nov 2012 / 20:29 h.

TAGS:

Unas voluntarias organizan los productos recogidos en los supermercados.
Legumbres secas, aceite, leche, conservas de pescado y alimentos infantiles fueron llenando ayer cajas y cajas distribuidas por casi 300 supermercados de Sevilla por el Banco de Alimentos, que entre ayer y hoy sábado realiza una gran recogida de alimentos para conseguir 250 toneladas de productos no perecederos. Pero a la gente debió de parecerle muy frugal y entre los alimentos básicos se mezclaban productos navideños, galletas, dulces, cruasanes, chocolate, café... "Hay quien ha hecho la compra del día y nos la ha dado entera. Ha venido con el carro y nos lo ha dado completo", explicaba en el Mercadona de Plaza de Armas Antonio Muñoz, de 28 años, uno de los 4.000 voluntarios que participan en la iniciativa, que pretende rellenar unos almacenes casi vacíos por el constante aumento de la demanda de comida en la ciudad.

La gente va entrando y cogiendo las bolsas que les ofrecen los voluntarios, que les explican la iniciativa. Pocos preguntan: "Antes la gente no conocía el Banco de Alimentos y cuando hacíamos recogidas desconfiaba, porque no sabía con quién estaba colaborando y algunos creían que era una estafa. Pero desde que el año pasado recibió el Príncipe de Asturias se conoce. Al 99% de la gente a la que le doy una bolsa no hace falta explicarle nada", dice Jesús Martín, de 27 años, que colabora con el Banco de Alimentos desde los 14. Es diputado de Caridad de la hermandad de la Corona del Sagrario "y esto es una forma más de caridad", explica.

En que la institución ha pasado a ser muy conocida le da la razón María Teresa Herrera, empleada de intermediación financiera de 60 años y vecina de la zona, que acaba de dejar una bolsa con paquetes de pasta -espaguettis, macarrones- y cruasanes en la caja. No sabía que la campaña estaba en marcha, pero se los ha encontrado al venir a hacer la compra. "Conozco el Banco de Alimentos porque se escucha, sale en la tele, ahora es normal que todos sepamos estas cosas", dice en alusión a los estragos que la crisis lleva años causando.

El Banco de Alimentos surte en Sevilla a los cinco comedores sociales y a decenas de entidades que dan de comer a personas necesitadas, gracias a donaciones y a la labor de sus voluntarios, "que nunca sobran", insiste en El Corte Inglés de la plaza del Duque José Manuel Sánchez, que coordina un equipo de ellos. "Aunque haya muchos, hacen falta más, porque más gente todavía hay pasando hambre", dice, certero. La labor es enorme porque toda la comida deberá ser trasladada, clasificada y almacenada para repartirla durante los próximos meses. Para facilitar esa labor, que se hará en las naves de almacenaje de la avenida de La Raza, Sánchez va separando en unos carros el aceite, en otro las legumbres... Hay productos navideños, pero en este punto de recogida se depositan sobre todo legumbres y arroz. "Es que con un kilo de arroz comen diez", insiste este voluntario.

En su equipo está Emilio Martín, operador del servicio de Bomberos de la Diputación que colabora con la campaña por primera vez. Su equipo, formado por un grupo de amigos que se conocieron por ser hermanos de Las Penas de San Vicente, formaba una hilera a lo largo de toda la línea de cajas del supermercado, de la que era imposible salir sin verlos, ataviados con las camisetas blancas diseñadas para esta campaña solidaria. "Llevamos aquí tres horas y media y el ritmo es bastante bueno, están dejando muchas cosas", se alegra.

Robo en Montesión. La jornada dio hasta para anécdotas; como si fueran unas elecciones, hubo mesas -cajas en este caso- que abrieron tarde, como ocurrió con la del supermercado Dia de la plaza de Montesión, que sufrió un robo de madrugada que retrasó la apertura del supermercado. Allí, Begoña Ríos, coordinadora de un equipo de voluntarios de la hermandad de la Salud de San Isidoro, admitía que entre los vecinos "hay gente a la que más que pedirle habría que darle alimentos", pero aseguraba que aún así la gente respondía: "Una señora que ha venido por la tarde ha dejado un carro entero, y la mayoría da algo". Entre ellas, una mujer que al entrar les contó que se había quedado viuda y que tenía una pensión muy baja, por lo que no podía colaborar. "Nos lo estuvo explicando antes de entrar al supermercado. Pero al final, salió y nos dejó su paquetito. La gente es muy solidaria".

  • 1