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Condenado a 19 años de cárcel el joven acusado de matar de un tiro a un amigo en Los Palacios

el 20 feb 2012 / 15:32 h.

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La Audiencia Provincial de Sevilla ha condenado a 19 años y tres  meses de cárcel a Jorge M.R., el joven acusado de asesinar en octubre  de 2009 a plena luz del día a un amigo en Los Palacios y Villafranca  (Sevilla) tras dispararle un tiro en el pecho con una escopeta que  había comprado días antes, careciendo además de licencia de armas  para ello.

Así, fuentes del caso han informado a Europa Press de que, después  de que un jurado popular emitiera un veredicto de culpabilidad, la  Audiencia Provincial ha condenado al imputado a 17 años de cárcel por  un delito de asesinato; a 18 meses de prisión y al pago de 1.440  euros por un delito de falsedad documental, y a nueve meses de cárcel  por un delito de tenencia ilícita de armas.  

En cuanto al delito de asesinato, la Audiencia Provincial tiene en  cuenta para la imposición de la pena las agravantes de abuso de  confianza y aprovechamiento de lugar, así como la atenuante analógica  de confesión y la atenuante de reparación del daño, por lo que le  condena a 17 años de cárcel y a la prohibición durante cinco años de  residir en Los Palacios.  

Según las fuentes consultadas por Europa Press, el acusado deberá  hacer frente al pago de las costas y tendrá que indemnizar con  150.000 euros a los padres de la víctima y con 35.000 euros al  hermano menor. La prohibición de residir en Los Palacios, así como la  aplicación de las agravantes, fueron peticiones exclusivas de la  acusación particular, ejercida por los letrados Juan Antonio Navas y  Agustín Martínez, que pidieron un total de 24 años de cárcel.   

De su lado, la Fiscalía pedía para el imputado 23 años de cárcel y  el pago de una indemnización de 152.000 euros a la familia de la  víctima, mientras que su defensa, que recurrirá la sentencia  condenatoria que dicte la Audiencia Provincial, había solicitado,  teniendo en cuenta el veredicto, que se le condenara a la pena mínima  posible legalmente establecida por cada uno de los tres delitos.  

Durante su declaración en el juicio, el acusado aseguró que el  disparo "se escapó" durante un forcejeo entre ambos y defendió que  "en ningún momento quiso matarlo", sino que se trató de un  "accidente". Así, quiso aclarar que el fallecido "no era su amigo" y  que lo conocía "de haberlo visto cuatro veces" por el pueblo, aunque  reconoció que la víctima lo llamaba por teléfono "para que lo  acompañara a robar", algo que hizo "en dos o tres ocasiones", e  incluso una vez ambos fueron detenidos por el robo de cobre.

COMPRO LA ESCOPETA SIN LICENCIA Y PARA "IR DE CACERIA"


Tras aseverar que el fallecido "quería ir a robar" con él, una  situación que desencadenaba "discusiones" entre ambos, el acusado  explicó que el 15 de octubre de 2009, dos días antes de que tuvieran  lugar los hechos, acudió a una armería de Los Palacios y compró una  escopeta "para ir de cacería" con su padre y con su hermano, aunque  admitió que no tenía licencia de armas y que, para adquirir el arma,  utilizó el permiso de su padre e "imitó" su firma.  

Al día siguiente, según su relato, fue al campo a probar la  escopeta y, para ello, la cargó con tres cartuchos, pero no llegó a  disparar ninguno de ellos "porque no se posó ningún pájaro", tras lo  que vació el cargador y "no se dio cuenta" de que uno de estos  cartuchos se quedó en la recámara. Ya el día de los hechos, la  víctima "me llamó para que fuéramos a robar y empezó a insistirme,  por lo que quedé en su casa para decirle a la cara que me dejara en  paz, que no iba a ir más a robar con él".  

"Fui a su casa y le dije que la relación de robos había terminado,  por lo que me fui de allí, pero él se montó en el coche y me pidió  que lo llevara a un sitio donde tenía unas cosas robadas, y lo llevé  con la condición de que estas cosas no las iba a montar en mi coche",  según explicó, añadiendo que, una vez lo dejó en el lugar, "me monté  para irme, pero se puso en medio del camino, por lo que me bajé del  coche y, de pronto, me agarró del cuello".  

SOLO QUERIA "INTIMIDARLO"

En ese momento, "le pegué un empujón y cayó al suelo de espaldas,  momento en el que cogió una piedra, por lo que cogí la escopeta para  intimidarlo y asustarlo", pero la víctima "se me echó encima y, en el  forcejeo, agarró el cañón de la escopeta y, de pronto, se escapó sin  querer un tiro", tras todo lo cual "me puse muy nervioso y me marche  del lugar".  

Posteriormente, según dijo, fue a su casa y le contó lo sucedido a  su familia, tras lo que acudieron al cuartel de la Guardia Civil "a  contar lo que había pasado, que fue un accidente, pues en el forcejeo  se escapó un disparo". "Siento lo sucedido por su familia, pero en  ningún momento quise matarlo, no soy ningún asesino", concluyó.

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