La Audiencia de Sevilla ha condenado a seis años de cárcel a un vecino de Pilas (Sevilla) por intentar matar al guarda de un coto de caza, con el que había mantenido seis meses antes una pelea por su supuesta caza furtiva.
La sentencia de la Sección Cuarta, a la que ha tenido acceso Efe, explica que la agresión ocurrió sobre las 21.30 horas del 1 de julio de 2002, cuando el acusado L.R.F. se encontró en un paraje de Pilas con la víctima A.S.G., de 56 años, y ambos se golpearon con palos.
El acusado utilizó una "chivata" o garrote de unos 110 centímetros que se fabrica a partir de una vara de olivo, con una gruesa prominencia o porra en su extremo, de 7 centímetros, y con ella golpeó a la víctima en la cabeza "con intención de causarle la muerte o aceptando la posibilidad de hacerlo", según los jueces.
Con dicha arma, que la sentencia define como "de notables dimensiones y contundencia", el acusado golpeó "con todas sus fuerzas" a su contrincante, primero en el costado y luego en la cabeza, golpe este último que lo dejó inconsciente en el suelo.
L.R.F. dejó al lesionado "tendido en el campo, conmocionado, malherido y sangrante", donde fue recogido por otra persona y luego trasladado de urgencia en ambulancia a un hospital de Sevilla.
La víctima pasó 42 días en el hospital, 14 de ellos en la UCI, y tardó 253 días en curar de las graves lesiones que sufrió en la cabeza, que le causaron edema y hemorragias.
La sentencia precisa que el acusado y la víctima habían mantenido en el pasado otra pelea, que se saldó con heridas leves y como consecuencia de la cual el procesado había sido condenado a indemnizar a la víctima en 650 euros, que estaba pagando a plazos.
En esta ocasión, la indemnización ha sido fijada en 66.436 euros, aumentados en el interés legal del dinero.
La indemnización fijada tiene en cuenta que el lesionado ha quedado con un deterioro leve de las funciones cerebrales tales como pérdida de atención y memoria, pérdida de la agudeza visual y de la sensibilidad del brazo, junto a tres cicatrices de entre 10 y 4 centímetros en la cara.
El ahora condenado también recibió algunos golpes y se dirigió a pie al Centro de Salud de Pilas, donde él mismo o alguno de sus familiares informaron de que en el campo había quedado otra persona lesionada, precisa la sentencia.
El agresor L.R.F. sufrió por su parte contusión ocular con hematoma, herida incisa en la mejilla y distensión cervical.