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Condenado a ocho años de cárcel un joven por dejar paralítico a otro

La Audiencia de Sevilla condena a ocho años de cárcel y al pago de 293.828 euros de indemnización a un joven que apuñaló a otro en una gasolinera del municipio de Espartinas y lo dejó paralítico.

el 15 sep 2009 / 23:20 h.

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La Audiencia de Sevilla condena a ocho años de cárcel y al pago de 293.828 euros de indemnización a un joven que apuñaló a otro en una gasolinera del municipio de Espartinas y le causó unas lesiones por las que quedó paralizado de medio cuerpo e incapacitado para trabajar.

La sentencia de la Sección Tercera, a la que tuvo acceso la agencia Efe, explica que la agresión ocurrió hacia las 4.45 horas del 27 de octubre de 2007 en una gasolinera de la carretera que une Gines con Espartinas, adonde llegó el acusado D.G.D., entonces de 18 años y sin antecedentes, acompañado por otros cinco.

En el mostrador de la tienda se encontró a la víctima, E.K., quien le preguntó "por qué le miraba y si le conocía de algo", momento en el que el procesado sacó un cuchillo de 11 centímetros de hoja y, con la intención de causarle la muerte, le apuñaló en el pecho. Otro de los jóvenes que acompañaba al acusado le apuñaló en una pierna, aunque al tratarse de un menor el caso se está tramitando ante el correspondiente juzgado de menores.

La puñalada fue de tal intensidad que la hoja del cuchillo se partió y el procesado se quedó con el mango en la mano. La víctima sufrió lesiones por la que estuvo 45 días hospitalizada y tardó en curar otros 173. Durante mucho tiempo quedó confinado en una silla de ruedas y ahora camina con muletas, si bien la sentencia precisa que quedó con una parálisis izquierda "importantísima" que le incapacita para "cualquier ocupación".

Los jueces condenan al acusado por un delito de homicidio en grado de tentativa, pues los forenses certificaron en el juicio que las lesiones fueron "mortales de necesidad" y se salvó gracias a la rápida intervención sanitaria.

La sentencia manifiesta igualmente que la agresión se produjo pese a "la absoluta falta de provocación por parte de la víctima" o sus dos acompañantes, que se habían quedado en el interior del coche mientras E.K. se dirigía a la tienda a comprar algo de comida. El procesado alegó que sólo sacó el cuchillo para asustar al otro joven, que supuestamente "le estaba dando una paliza". Pero los jueces argumentan que "no sufrió la más mínima lesión" y uno de los jóvenes que le acompañaba llegó a decir que "fue una pelea con la mirada".

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