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Condenado a seis años de cárcel por tirar a su hija de cinco años por el balcón

el 28 abr 2010 / 15:23 h.

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El hombre acusado de arrojar desde una altura de cuatro pisos a su  hija de cinco años y encerrar después a su pareja para que no pudiera  bajar a ayudarla ha sido condenado a 6 años de cárcel --que cumplirá  en un centro de internamiento psiquiátrico-- por un delito de  tentativa de asesinato. El juez ha tenido en cuenta la agravante de  parentesco y la eximente incompleta de alteración psíquica.

No se ha tenido en cuenta la eximente completa, tal y como pedía  la defensa. El juez explica que el acusado fue capaz, una vez en  comisaría, de culpar a su mujer. "Una capacidad residual de  identificar aun de forma escueta lo ocurrido e intentar una  exculpación que tenía un cierto contacto con la realidad, conduce a  estimar la eximente incompleta", matiza.

Según la sentencia, la mañana del 12 de julio de 2008, Kehinde  K.O., enfermo de esquizofrenia paranoide y afectado por un brote  psicótico, entró en la habitación de su hija y "de forma sorpresiva e  inesperada" la cogió en brazos y arrojó desde el balcón de su  domicilio, en el cuarto piso de una calle de Badalona.  

Cuando su pareja y madre de la niña, embarazada, quiso bajar a  ayudarla, el acusado la encerró en el balcón. Desde allí consiguió  alertar a los vecinos, que al ver el cuerpo de la niña llamaron a la  ambulancia.

Cuando los bomberos accedieron al domicilio echando la puerta  abajo encontraron al procesado "con una barra de hierro en la mano y  la práctica totalidad de los muebles destrozados".

La niña sobrevivió, aunque estuvo ingresada nueve días en la UCI  con diversos traumatismos, necesitó varias operaciones y diversas  transfusiones. Como secuelas, tiene varias cicatrices y presenta  síntomas psíquicos como temor a la oscuridad y dificultad para  relacionarse con personas del sexo masculino.

Durante el juicio, la mujer del procesado afirmó que su pareja  "era un buen padre" porque acompañaba a sus hijas al parque y al  colegio, aunque reconoció que el día del suceso él "no había tomado  la medicación" y pudo haber sufrido un brote psicótico.

Sobre el acusado pesaba una orden de alejamiento por posibles  malos tratos desde noviembre de 2007. La mujer reconoció que vivían  juntos ya que ella no tiene papeles, no puede trabajar ni mantener a  sus dos hijas. "El piso es suyo", explicó.

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