El Juzgado de lo Penal número 4 de Sevilla ha condenado a un hombre, identificado como M.M.M., al pago de una multa de 1.800 euros por cazar 121 aves incluidas en el catálogo nacional y andaluz de especies amenazadas en una finca ubicada en la localidad sevillana de Benacazón.
Según relata el Juzgado de lo Penal en la sentencia, consultada por Europa Press, los hechos tuvieron lugar en la madrugada del día 2 de diciembre de 2005 en la finca 'Los Argelinos' de Benacazón, lugar en el que el acusado se encontraba cazando aves valiéndose para ello de una linterna y de una carabina de aire comprimido.
En este sentido, añade que, con este arma, el encartado cazó 121 aves, entre las cuales se encontraban nueve currucas capirotadas, un petirrojo, siete pinzones reales y 83 pinzones comunes, todas las cuales están incluidas en el anexo II del catálogo nacional de especies amenazadas, categoría de interés especial por su particular interés científico, ecológico, cultural o por su singularidad.
Además, también se encuentran incluidas por idénticas razones en el catálogo andaluz de especies amenazadas, y argumenta la sentencia que, "pericialmente, se ha determinado que subsisten las razones para su inclusión en estos catálogos". Todas las aves muertas, así como el arma y la linterna, fueron intervenidas a las 4,00 horas de ese mismo día por agentes de la Guardia Civil.
NO ES UN CAZADOR NOVEL
Sobre el hecho de que el acusado haya argumentado que "desconocía si el tipo de aves cazadas eran o no especies amenazadas", la sentencia dice que, "obviamente, ninguna duda cabe en relación a que la voluntad del acusado era la de cazar una serie de pájaros", añadiendo que "no parece que pueda hablarse de un cazador novel, aún cuando solo fuese por el conocimiento de la concreta técnica de caza y el número de piezas cobradas, que demuestran una cierta habilidad en el manejo de la carabina".
Dicho lo anterior, pone de manifiesto que "resulta sobradamente conocido, no solo dentro del mundo de la caza sino fuera del mismo, que existe una amplia normativa en materia de protección de las aves y que es importante el número de las mismas que goza de ella", y agrega que, "en cualquier caso, el encartado hubiese podido muy fácilmente alcanzar el conocimiento de las especies que podía cazar y en qué modo".
Por todo ello, el Juzgado de lo Penal número 4 de Sevilla ha condenado al acusado al pago de una multa de 1.800 euros y a indemnizar con 2.000 euros a la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía por un delito contra la fauna. Además, le inhabilita para el derecho de cazar y pescar por un periodo de dos años.