El juzgado de los penal número 8 de Sevilla ha condenado a los dos responsables de una supuesta ONG, la asociación Cultural Religiosa del Cristo Divino (Aricd), a dos años de prisión cada uno por explotar a 84 inmigrantes africanos que actuaban como aparcacohes.
La denuncia de un policía local que intervino en una pelea entre un gorrilla timado y los responsables de la asociación permitió descubrir la tapadera de esta asociación, que cobraba 2.500 euros a los trabajadores para regularizar su situación y 100 euros para acreditarles y uniformarles con un pantalón naranja y una camisa blanca.
Los hechos ocurrieron en 2010 y la persistencia del agente local ha permitido condenar a Anthony Olusesan y Rebecca Anouluwado, quienes se aprovechaban de la necesidad de los inmigrantes sin papeles. Llegaron a contratar a 84 africanos, que debían entregar a los condenados el 40% de la recaudación y que no cobraban ni el salario mínimo.
La negativa de un aparcacoches a seguir trabajando para ellos porque nunca le entregaron el contrato por el que pagó 2.500 euros propició el descubrimiento de este delito contra el derecho de los trabajadores.
