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Confianza en la economía

Todo lo que sube baja -pero se queda un poquito-. Como la bolsa, que esta semana ha bajado y subido como el Jaguar de Isla Mágica: muy rápido, acojonando al personal para al final llegar al mismo sitio de donde salió.

el 14 sep 2009 / 23:12 h.

Todo lo que sube baja -pero se queda un poquito-. Como la bolsa, que esta semana ha bajado y subido como el Jaguar de Isla Mágica: muy rápido, acojonando al personal para al final llegar al mismo sitio de donde salió. Dicen que las reacciones son exageradas, que no hay fundamento para ello, y que todo es irracional y desproporcionado; que no podemos perder la confianza.

Al final, como siempre, la culpa es nuestra. Digo de nosotros, la gente corriente, el cuarto estado; los que ni tenemos dinero ni invertimos, pero que al final sufrimos en nuestras carnes las consecuencias de las crisis económicas que otros, (los inversores, los especuladores, los banqueros) producen con sus operaciones y su avaricia. Con gobernantes que niegan lo que todos vemos; con un Banco Central Europeo monotemático con lo suyo al que no le preocupa lo que pase en el mundo; con partidos opositores catastrofistas y tenebrosos; con bancos y otras entidades dando explicaciones surrealistas en lenguajes arcanos; con especuladores asustando y haciendo caja...

De quién nos vamos a fiar? ¿No es mejor dar confianza que pedirla? Sólo podemos estar seguros de dos cosas: de que esta semana ha habido alguno que se ha hecho de oro, con la subida y la bajada; y de que no hemos sido nosotros.

Miguel Rodríguez-Piñero Royo es catedrático de Derecho del Trabajo

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