Nunca antes se había celebrado. De ahí la idoneidad de su organización. En el Hotel Renacimiento de la Cartuja se han dado cita prácticamente todos los agentes implicados en la materia, administraciones, empresarios y asociaciones de consumidores y usuarios. Muchas personas allí congregadas coinciden en el compromiso de las instituciones a las que representan.
Los derechos y los deberes de todos no es tarea de unos cuantos, sino de toda la colectividad. Los tiempos han cambiado mucho, y todo es consumo. Desde que naces, hasta que falleces. Lo esperanzador es que la concienciación de la ciudadanía se va elevando por momentos. Mucha gente repara ya en ver una fecha de caducidad, también bastantes personas en el tiempo de garantía de algunos productos. Se está avanzando, pero no es suficiente. Hay que aumentar los controles de las propias administraciones, y demostrar, en otro orden de cosas por ejemplo, que una hoja de reclamaciones tiene su sentido, como de hecho ocurre. Todo es poco, pero antes nada era un mundo.
