La Semana Santa no son únicamente las imágenes titulares de las hermandades. Tras ellas hay decenas de sentimientos y vivencias que son el espíritu que mantiene viva la llama de las cofradías todo el año. Y si el llorado Pepe Peregil cantó una saeta a la popular Canina del Santo Entierro, el artista Enrique Casellas se atreve ahora con un completo disco de sevillanas dedicado a todo lo relacionado con las cofradías que no son vírgenes ni cristos ni cornetas y tambores.
El disco, titulado Antología del alma sevillana, contiene 39 palos de sevillanas -con letras del propio Casellas y dirección musical a cargo de José Carlos Seco- en el que se hace una exaltación a temas tan variados de la Semana Santa como la decoración de los escaparates, la papeleta de sitio, la rampa del Salvador, la lluvia, el programa, la bulla, el aguador, el hombre de la caña o la fundición de cera de los pasos de palio. El propio Casellas explica que las composiciones "no buscan ser efectistas sino que son profundas, y seguramente las personas de fuera de Sevilla no comprendan el significado. Digamos que es para un nivel medio alto de entendidos en cofradías", bromea Casillas. Según dice, él ha sido uno de los clásicos fanáticos de la Semana Santa desde que era niño, y reconoce que puede tener "una virtud" para fijarse en detalles que normalmente el resto de los cofrades no perciben, de ahí que pueda conseguir ese plus de sentimientos y vivencias que han posibilitado la creación de estas composiciones.
En todo momento, desea recalcar, ha querido ser respetuosos con las tradiciones y costumbres de la Semana Santa hispalense y recuerda que "no son letras con guasa sino que son profundas y reflejan el fruto de un gran amor por las cofradías". Entre todas ellas, el autor de las letras se queda con las dedicadas a la Catedral hispalense y al anónimo cofrade. De este último, destaca que es "un personaje fundamental que no se pierde nada de la Semana Santa y sirve para identificar a mucha gente dado que los cofrades pecan a veces del denominado síndrome del cortijo cuando la Semana Santa es del pueblo", recalca el artista. En el doble disco (que también incluye un DVD) cantan artistas no profesionales y la obra tiene el orgullo de ser la última grabación que hizo en vida el recordado Pepe Peregil. Aunque ya estaba enfermo, pudo sacar fuerzas para participar en la sevillana dedicada, lógicamente, a los saeteros. Otro hecho que da un valor añadido a esta producción.