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Consolación se llenó de antifaces de color negro

El Cristo del Perdón y la Virgen de la Amargura volvieron ayer a reencontrarse con el pueblo de Utrera. Con la llegada del Lunes Santo, la cofradía de mayor recorrido de cuantas procesionan en la Semana Santa de Utrera fue la protagonista en un itinerario que llevó el cortejo desde el santuario de la Virgen de Consolación a recorrer las calles del centro del municipio.

el 16 sep 2009 / 01:02 h.

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El Cristo del Perdón y la Virgen de la Amargura volvieron ayer a reencontrarse con el pueblo de Utrera. De nuevo, con la llegada del Lunes Santo, la cofradía de mayor recorrido de cuantas procesionan en la Semana Santa de Utrera fue la protagonista en un itinerario que llevó el cortejo desde el santuario de la Virgen de Consolación a recorrer las calles del centro del municipio.

Fue la de este año una estación de penitencia que centró la mayor parte de las miradas en el palio. Y es que la dolorosa fue protagonista de la práctica totalidad de los estrenos, destacando el recorte llevado a cabo en los varales y las bambalinas, que mostraron una imagen más recogida de la Virgen de la Amargura en el conjunto del trono. También sobresalió la nueva gloria, en el techo del palio, obra de Juan Sánchez Villores, y enmarcada en una ráfaga de plata realizada por el taller Fernández Gómez.

Los sones de la marcha Amargura, interpretada por la banda de música Ciudad de Utrera, volvieron a ser, un Lunes Santo más, los que marcaron el comienzo del caminar de la Virgen de la Amargura por la ciudad, que lució un nuevo manto, con encaje en hilo de plata, y un rostrillo, regalo de su camarera, realizado en encaje de plata en hojilla.

Una vez recorrido a lo largo el paseo de Consolación, la cofradía volvió a hacer su tradicional parada ante el centro de día de mayores, conocido popularmente como Hogar del Pensionista, donde recibieron un caluroso saludo y pudieron escucharse varias saetas desde el balcón del inmueble, ante el numeroso público que, año tras año, acude a este importante lugar del itinerario.

Y, si destacado es éste, no lo es menos el paso de la cofradía por el parque de Consolación, ya de regreso, que también concentró a muchas personas que no quisieron perderse la bella estampa que produce el discurrir del Cristo del Perdón adornado con iris de color morado -y el de palio con iris blancos-entre la vegetación de la zona verde.

Un río de serios antifaces negros, con cirio en alto y capa, acompañó a los titulares de la cofradía, en la segunda ocasión en que ambas imágenes salen del santuario, en tan poco tiempo, tras la visita que la Virgen de la Amargura realizó hasta el geriátrico de La Mulata para saludar a sus residentes. También destacó el tradicional vía crucis que la corporación del Lunes Santo organiza con la talla del crucificado por la explanada del templo, y que en la jornada de ayer estuvo acompañada por la banda del Santísimo Cristo de la Expiración de Huelva, que regresó a Utrera tras el trabajo realizado en 2007, con motivo del Santo Entierro Grande, que coincidió precisamente con el quinto centenario de la patrona de esta ciudad del Bajo Guadalquivir, la Virgen de Consolación.

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