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Consternación por la trágica muerte de un matrimonio en Dos Hermanas

Drama en Consolación. La Policía Nacional investiga las circunstancias en las que se ha producido la muerte de un matrimonio cuyos cadáveres fueron encontrados en su domicilio de la barriada de Consolación de Dos Hermanas con un disparo de escopeta cada uno de ellos.

el 27 jul 2010 / 07:44 h.

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El suceso ocurrió sobre las 23.00 horas del lunes y los vecinos cercanos oyeron el ruido, pero lo achacaron a los cohetes tradicionales que ponen fin a la festividad de Santa Ana, patrona del municipio. Más tarde uno de sus familiares fue a visitarlos y encontró los cadáveres.


Seguramente esta persona fue la que llamó al servicio de emergencias 112 alertando de que el matrimonio había sido hallado muerto en su vivienda. Las mismas fuentes indicaron a la Policía que la pareja sufría desde hace años problemas depresivos, por lo que las primeras investigaciones apuntan a que, "de mutuo acuerdo", el hombre habría disparado con una escopeta a la mujer y, posteriormente, se habría quitado la vida empleando la misma arma.

El delegado de Gobierno en Andalucía, Juan José López Garzón, destacó la existencia de antecedentes en la familia de "situaciones de especial dramatismo" que pudieron desencadenar el trágico suceso. No obstante, apuntó que "es un poco precipitado aventurar los móviles que han llevado a esta situación" y que "lo prudente es esperar" a que finalice la investigación.

El delegado hacía así indirectamente referencia a la muerte del único hijo de la pareja hace 12 años: "A nosotros siempre nos dijo que su hijo murió en un accidente, nunca nos dijo nada más", explica uno de sus vecinos de la misma calle Maestro Aparicio, donde vivían, si bien otras fuentes apuntaban a que el joven se había suicidado y que desde entonces la madre sufría trastornos psíquicos.

Los residentes del barrio Consolación han convivido con ellos unos nueve años, el tiempo que la pareja llevaba viviendo allí. Al hombre lo conocían más los asiduos a tomarse algo en la Venta Manolín, uno de los puntos de encuentro del barrio, y ayer se miraban unos a otros sin poder explicar la acción de Curro, de 67 años, que todos los días se acercaba hasta allí. Sus compañeros lo describen como alguien honrado, generoso, buena persona al igual que su mujer, de quien siempre estaba pendiente.

"Curro no dejaba que nadie pagara y si se sentaba alguien con él a hablar unos minutos acababa invitándolo a una cerveza", comenta uno de los camareros de la venta que prefiere no dar su nombre.

El bar está a menos de diez metros de su casa, y todos los días desayunaba allí y se tomaba algo con sus hermanos, Pepe y Rafael. De los hermanos, él era el mayor: los tres eran uña y carne, cuentan quienes les conocen. Siempre estaban los tres en el bar y normalmente "él se tomaba una cerveza o dos y luego se iba a estar con su mujer", comenta otro de los empleados.

El nombre de la segunda víctima, la esposa, no ha transcendido, aunque todos recuerdan que estaba bastante mal, padecía de los nervios de lo que estaba en tratamiento médico y tenía varias enfermedades, a parte de que nunca pudo superar la muerte de su hijo.

Aparentemente parecía bastante mayor de lo que era, unos 62 años. Algunos vecinos la llegaron a ver con su madre, que tendría más de 80 años, pero "la madre parecía la hija y la hija la madre, estaba bastante mal de los nervios y esas cosas afectan".

Una vida dura. Curro era natural de Zahara de los Atunes (Cádiz), aunque de joven tuvo que emigrar hasta Alemania para ganarse la vida. Más tarde viajaría a Barcelona donde pasaría sus días hasta el trágico suceso que acabó con la vida de su único hijo. Poco después, el matrimonio decidió cambiar de aires para dejar lo más lejos posible los malos recuerdos, vender la casa de la Ciudad Condal y trasladarse a vivir a Dos Hermanas. Pero su principal objetivo, olvidar, no lo lograron.

Según explicaron ayer sus amigos y vecinos, a Curro le gustaba la caza y de vez en cuando iba a por pájaros, que más tarde repartía con sus amigos sin coste alguno, explicaron. Y eso, a pesar de que había sufrido varias operaciones y tampoco estaba muy bien de salud.

Su buen carácter y el trato con ellos y con su mujer, que todos recordaban ayer, es una de las razones que han hecho que en la investigación del suceso, según afirmó ayer un portavoz de la Policía Nacional, se haya descartado en un principio que pueda tratarse de un caso de violencia doméstica.

Las investigaciones apuntan a que puede ser "un caso de homicidio consentido y posterior suicidio -"de mutuo acuerdo" por parte de la pareja para quitarse la vida, apuntaban las fuentes más cercanas a la familia- o de un caso de homicidio".

 

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