El PP no quiere que se conceda a Felipe González el título de Hijo Predilecto de Sevilla. Peor para el PP. En la historia estará ese continuado borrón. Sí, estará en la historia, en el capítulo que la historia de la ciudad dedicará, le guste o no a los populares, a la figura de Felipe González que, por cierto, hubiera podido ser el mejor alcalde de Sevilla. Pero el personaje estaba llamado a ser algo más importante. España lo sabe y la historia lo contará de siglo en siglo, le guste o no al PP de Sevilla. No es la primera vez que el PP dice no a Felipe González, ese político que en cualquier lugar del mundo es recibido con admiración y respeto, pero que de su ciudad no ha recibido más noticias que las de que no se le quiere conceder el título de Hijo Predilecto. Bueno alguna más, por ejemplo la de que el año que trajo aquí al mundo y puso a la ciudad en boca del mundo, esta tacaña, rara y sorda ciudad le dio la Alcaldía a quien había denostado la idea y al artífice de aquel evento que se llamó Expo 92, ocasión y excusa de un Presidente para invertir en su ciudad, abandonada hasta entonces por todos los poderes, inmisericorde e ininterrumpidamente. El PP no quiere que Felipe González tenga el título de Hijo Predilecto de Sevilla. Es la segunda vez que lo intenta el alcalde. No debe insistir, debe dejar en paz al Presidente, que no se tenga que volver a oír por ahí que la ciudad de Felipe González le niega el reconocimiento que le otorgan tantas y tantas ciudades en cualquier lugar del mundo. Es mejor no tener que pasar tantas veces por la misma vergüenza.
