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Contra el paro

El viernes pasado, se hicieron públicos los datos de la EPA relativos al primer trimestre de 2009, confirmándose los peores pronósticos sobre el aumento del paro en España y en Andalucía.

el 16 sep 2009 / 01:57 h.

El viernes pasado, se hicieron públicos los datos de la EPA relativos al primer trimestre de 2009, confirmándose los peores pronósticos sobre el aumento del paro en España y en Andalucía. La tasa de paro se ha situado para el conjunto del país en el 17,36%, siendo la de Andalucía, el 24,04%, la peor de todo el conjunto nacional después de la canaria que es del 26,12%. Estamos frente a cifras realmente dramáticas ante las que se presentan diferentes soluciones que los ciudadanos deberían conocer bien y valorar.

Las más extremas parten de la patronal y las organizaciones empresariales que proponen simplemente abaratar el despido y la moderación salarial. Un grupo de economistas laborales acaba de hacer una amplia propuesta propugnando una especie de flexiseguridad a la danesa, mientras que los sindicatos y el gobierno insisten, por su parte, que no hay necesidad de facilitar más el despido (como demuestra el incremento tan rápido en el paro que se está produciendo) ni recortar las prestaciones sociales (más bajas en España que en el resto de Europa). Y por encima de todos ellos, el ex presidente del gobierno José María Aznar que declara que con él "no se habría producido esta crisis económica". Algo francamente curioso teniendo en cuenta que el origen de la crisis es de carácter internacional y financiero y, por tanto, relacionado con la globalización y con las reglas de juego neoliberales que tanto impulso tuvieron durante su mandato.

En línea con su antiguo jefe, el líder del partido de la oposición, Mariano Rajoy, decía el otro día que no hay una salida socialista a la crisis porque la economía no admite extravagancias ideológicas. Pero esa ideología suya que se niega como tal y que se presenta a sí misma como neutral o científica es la que me parece más peligrosa de todas. No en vano, es la que nos ha llevado a la situación en la que nos encontramos, primando a los especuladores frente a los emprendedores y facilitando que las rentas se distribuyan y redistribuyan de forma muy privilegiada a favor de las del capital y en perjuicio de las del trabajo. Algo que vino ocurriendo en la época de Aznar y que, además de ser injusto, ha actuado como bomba de alimentación de la especulación y como un evidente desincentivo para invertir en innovación y colocar a nuestras empresas en una posición más competitiva en los mercados internacionales. Ha sido ese modelo de crecimiento basado en los salarios baratos y la ausencia de inversión en innovación el que explica el diferencial de paro entre España y el resto de los países de la UE, más que la rigidez de nuestras instituciones laborales y es por eso que constituye un gran error tratar de encontrar soluciones al paro sólo en el mercado laboral.

La historia nos demuestra claramente que de las grandes crisis económicas solo se puede salir con éxito combatiendo el paro con contundencia y generalmente eso se ha conseguido con la intervención pública que aumenta la capacidad de compra de los trabajadores y amplía así los mercados de las empresas productivas (y no solo los negocios de los especuladores). Ninguna depresión tan grande como la actual se ha resuelto con medidas tibias. Hace falta más impulso y, de momento, solo Obama está a la altura de las circunstancias. Europa y España necesitan mucho más empuje y más gasto. Y no cualquier tipo de gasto, sino del que siente las bases de un nuevo modelo productivo y el reforzamiento del bienestar social. De hecho, de la Gran depresión de los años treinta se salió con los estados de bienestar consolidados y será muy difícil que salgamos de la actual yendo por la dirección contraria.

Vicerrectora de Postgrado de la Olavide

lgalvez@upo.es

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