Voces femeninas "susurrantes y dulces" en los anuncios de muñecas, y "fuertes y de planteamientos mucho más agresivos" en los spots de los juegos dirigidos a los chicos. No sólo los juguetes pueden ser sexistas; también las campañas publicitarias de juegos pueden no ser neutras.
Según datos del Observatorio Andaluz de la Publicidad no Sexista, el 65% de los spots de juguetes contienen un componente sexista. Para rebajar estas alarmantes cifras, el Instituto Andaluz de la Mujer pone en marcha desde hoy una campaña contra los juguetes sexistas y violentos, dirigida a educadores, alumnos y familias para ayudarles a elegir los juguetes idóneos teniendo en cuenta el principio de igualdad.
Soledad Pérez, directora del Instituto Andaluz de la Mujer, denunció ayer, durante la presentación de esta campaña, que una gran mayoría de la publicidad relacionada con los juguetes reproduce estereotipos y promueve modelos que consolidan pautas tradicionalmente fijadas para cada uno de los géneros.
Así, los spots publicitarios de algunas muñecas asignan a las niñas roles de limpieza, cuidados y alimentación familiar, mientras que los anuncios de los juegos de chicos promueven modelos de liderazgo y de poder.
Las empresas de juguetes más denunciadas por prácticas sexistas en sus anuncios son Mattel España (por productos como el Apartamento de Muñecas virtuales Pixel Chix, Mi bebita bonita o el Circuito de Carreras GT Ferrari), Famosa (por las campañas de la Casita maletín de Nenuco, el Megaproyector Disney o la Jungla de Tarzán) y Zappf Creaction (por el Muñeco Baby Born, el Muñeco Chou Chou o Baby Annabell). Por contra, las firmas jugueteras que más promueven las buenas prácticas mediante la publicidad de sus productos son Hasbro Iberia, Fisher Price (de la casa Mattel), Bizak, Simba, y en general, las de los juegos de mesa.
A la hora de seleccionar los juguetes idóneos para la campaña de Navidad, no hay que olvidar, a juicio de la directora del Instituto Andaluz de la Mujer, que éstos deben ser "pocos, esperados y deseados por los niños, seguros, entretenidos, que desarrollen habilidades y que no potencien sentimientos y afectos diferentes en niños y niñas".
La campaña contra el juguete sexista cuenta con un presupuesto de 108.000 euros y para la misma se han editado una guía didáctica dirigida a padres y profesores y un cuaderno de actividades para trabajar con los niños antes de la adquisición de los juguetes. El objetivo, discriminar la publicidad sexista.
