Su pasión por la música llevó a Juanito Sánchez a convertirse en un defensor de la copla desde la cuna. "Las primeras palabras que dije fueron papá, mamá y oló ová [es decir, Manolo Escobar]", comenta orgulloso el artista, que asegura que "esa vocación por la copla se lleva en la sangre" porque es un género que siempre le ha "fascinado".
Natural de Constantina, en la Sierra Norte, lleva toda su vida dedicado a las faenas del campo, trabajando con tractores en las tareas oportunas de cada temporada. Pero, aunque su sino son los campos de cultivo, siempre tuvo clara su meta: ser cantante. Para ello, no dudó en invertir sus ganancias en formación, estudios de canto y de voz y en la financiación de la edición de sus propios discos.
Su carrera en este terreno comenzó en la década de los 90 del siglo pasado, cuando editó su primer disco, un single que salió al mercado en 1992, todavía en vinilo. Sabor a rumba o Hablando de amor son los nombres de sus éxitos más sonados, este último homenaje a su ídolo Manolo Escobar. En su trayectoria, pasó por momentos duros, ya que comenzó sin padrinos. "Lo que tengo es gracias a mi esfuerzo", mantiene.
La difícil situación que atraviesa la industria de la música hace que haya visto disminuida la venta de sus discos, algo que no le preocupa porque se siente orgulloso de su labor y reitera que continuará defendiendo la copla por encima de los contratiempos. "Siempre intento ver la botella medio llena y el fenómeno de internet puede ser un buen recurso para dar impulso y promoción ", señala.
El cantante, que cuenta con la ayuda de grandes profesionales del mundo de la música, como son Paco Ibáñez, Niño de Pura o Tomás Pérez, diversifica los estilos dentro de sus creaciones. Y no se olvida de ninguno de los palos, como boleros, rumbas o pasodobles.
Tras 20 años de profesión, quiere seguir aprendiendo del público y de los maestros que tiene a su alrededor, y no tiene miedo al retroceso de la canción española porque piensa que "la copla siempre tendrá seguidores". Y lo defiende con convicción: "No podemos desprendernos de nuestras raíces".
Pensando en ti es el single de su sexto y último disco, para el que acaba de empezar las labores de promoción. Las aceituneras, una de las canciones más destacadas, es un obsequio que hace a las mujeres dedicadas al olivar. Y no es para menos, porque compone en sitios inesperados. Hasta le llega la inspiración subido en el tractor: "En ese momento, paro y me pongo a escribir unas letrillas."
Él busca consagrarse día a día en el difícil mundo de la canción, donde hay mucha competencia. No obstante, eso no le quita el sueño, porque hace lo que le gusta. "Y seguiré creciendo mientras el público quiera", comenta decidido. Su aspiración no es otra que el día de mañana le recuerden "como uno de los máximos protectores de nuestros orígenes, aquellos que nos hacen crecer como personas y convertirnos en lo que somos".
