Hortensia es juzgada y condenada a muerte. La ejecución no se llevará a cabo hasta después del parto. Pepita intenta por todos los medios y en todas las instancias que condonen la ejecución. Va todos los días a la prisión con el objetivo de que le entreguen al futuro hijo de Hortensia, suplicando que no lo den en adopción o lo internen en un orfanato.
Éste es el argumento de La voz dormida, la nueva película del aclamado director sevillano Benito Zambrano, que tras los éxitos de Solas y Habana Blues vuelve a cambiar de registro, esta vez llevando a la pantalla grande la novela homónima de la malograda Dulce Chacón.
"Estaba enfrascado en el guión de Habana Blues cuando una amiga me habló de un libro maravilloso que se estaba leyendo", recuerda el director. "La curiosidad me pudo más, y durante un descanso me atreví a leer unas páginas de ese libro. Efectivamente, sólo tuve que leer unas páginas para darme cuenta de que estaba ante una novela extraordinaria".
Además de volver a demostrar su maestría como director de actores, Zambrano pone de manifiesto en esta nueva obra su compromiso. "Yo creo que nuestra Guerra Civil y sus brutales consecuencias son algo que no pierde actualidad. Son hechos que a algunos nos parecen aún cercanos y sobre los que hay que seguir investigando. Sacar a la luz la brutal represión de los vencedores es hacer justicia a todos los que la padecieron", asevera.
Estrenada en el último Festival de San Sebastián, elegida como una de las candidatas para representar a España en los Óscar antes incluso de haberse estrenado en salas, La voz dormida promete ser una de las producciones españolas más taquilleras del año, y ya ha empezado a cosechar críticas elogiosas por todas partes. "Es difícil acertar en este oficio, nunca se sabe qué puede funcionar y qué no. Pero la intuición es nuestra única guía, y mi intuición me dice que sí, que esta historia y la emoción que de ella se desprende, pueden interesar a un público amplio y diverso".
