El ministro de Trabajo, Celestino Corbacho, afirmó ayer que, "ahora que se vislumbra la salida de la crisis, hay que comenzar a hacer reformas" en el marco del diálogo social, pero advirtió de que si éste se atasca como ocurrió en julio pasado, "el Gobierno se reserva el derecho de decisión".
En declaraciones a Antena 3, Corbacho indicó que, por el momento, la "voluntad" del Ejecutivo es alcanzar acuerdos en ese ámbito y recordó que está previsto que la mesa del diálogo social vuelva a reunirse el próximo miércoles.
Además, señaló que el Consejo de Ministro aprobará dos días después un informe sobre las "líneas maestras" por las que sería bueno que discurriera el diálogo social. "Todas las partes convienen en volver al diálogo social tripartito para fijar una agenda de reuniones y de materias de posibles temas, lo que es una buena noticia", apostilló.
Por otro lado, Corbacho insistió en que el Gobierno "no estará de acuerdo en ningún caso con que se instaure en España el despido libre, que actualmente lo es, pero barato", y argumentó que "en los países en los que el despido es menos costoso es muy difícil despedir porque el trabajador no es una mercancía ni una máquina".
En el caso de la reforma de las pensiones, apostó por eliminar la cultura de la jubilación anticipada, que le "indigna", e incentivar la permanencia voluntaria de aquellos que hayan cumplido 65 años.
Respecto al paro, el ministro se mostró confiado en que la subida en enero "no tendrá nada que ver con el aumento tan brusco" de ese mes de 2009 -en el que aumentó la cifra en 132.378 personas-, de modo que "se aproxime más a la media estacional" que se sitúa en las 65.000 personas, "o se aleje lo menos posible" de ella.
Lo que parece seguro es que el desempleo, como cada enero, repuntará por motivos estacionales por encima del nivel de diciembre, que en 2009 se saldó con 54.000 nuevos desempledos.
