Coria del Río regala una rotonda a sus carpinteros de ribera

La Corporación municipal coloca uno de los últimos barcos hechos de forma artesanal en la rotonda que une Coria y Palomares para homenajear este oficio.

el 15 sep 2014 / 14:42 h.

coria-carpinteria-ribera El Ayuntamiento de Coria del Río quiere que uno de sus valores patrimoniales más importantes, como la carpintería de ribera, no se pierda, por lo menos en el recuerdo. Por ello, el Consistorio ha regalado a los últimos carpinteros una rotonda donde una de las barcas típicas de madera que no hace mucho inundaban el Guadalquivir corona la entrada al municipio desde Palomares del Río. Un momento que ha inaugurado esta mañana el alcalde de la localidad, Modesto González, acompañado del concejal de Cultura, Antonio Bizcocho, y los últimos carpinteros que viven con el recuerdo de un oficio clave para la localidad, como los hermanos Fernando y José Antonio Asián y Antonio Pardo. Todos aprendieron el oficio de pequeños, de manos de sus padres. El Guadalquivir y su riqueza, como los albures, hacían de este oficio, un sector clave para la economía, según el alcalde. Fernando Asián, más conocido como ‘el hachilla’, recuerda que por la ribera coriana había más de medio centenar de estas embarcaciones de menos de 10 metros de largo que faenaban por el Guadalquivir. Por aquel entonces, cuando la madera era el material que mandaba en el mar, “había cuatro talleres”. Sin embargo, los nuevos materiales, los tiempos de fabricación más cortos y el trabajo mecanizado han acabado en poco más de medio siglo con lo que fue “uno de los motores económicos” de Coria del Río, apunta González. Aunque “el poliéster ha acabado con la carpintería de ribera”, según el regidor coriano, el hecho de que este oficio esté declarado como una Actividad de Interés Etnológico por la Junta de Andalucía, lo hace de obligado interés. Los barcos como el Caura –como se llama la embarcación que rinde homenaje desde esta mañana a este oficio- tienen aproximadamente dos meses de trabajo. Antonio Pardo, dueño de otras manos que han hecho estas obras de arte marineras, explica que lo primero que se hace es “cortar las piezas según las plantillas que pide la embarcación”. Y así desde la proa, tabla tras tabla, el barco empezaba a tomar forma antes de embarcar en el río. Pese a que los carpinteros que aún mantienen vivo el oficio aprendieron de sus padres, sus hijos no han seguido con él. Por lo que este monumento, protagonizado por el barco que construyó, bajo las directrices de los hermanos Asián, un grupo de alumnos de un taller de empleo en 2011, es a día de hoy la única muestra física que pone en valor el oficio. No obstante, en la mente de la Corporación municipal “está el deseo de materializar un museo de interpretación del río en el que se dé a conocer la importancia de la carpintería de ribera”, apunta el alcalde coriano.  

  • 1