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Corraleras para leer

"Las mujeres de ahora son tan coquetas, que a los hombres le tiran de la chaqueta". Sevillanas como éstas se han oído estos días en Lebrija en las cruces de mayo, pero ahora también se pueden leer: un libro recopila las letras de 189 corraleras.

el 16 sep 2009 / 02:27 h.

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"Las mujeres de ahora son tan coquetas, que a los hombres le tiran de la chaqueta". Sevillanas como éstas se han oído estos días en Lebrija en las cruces de mayo, pero ahora también se pueden leer: un libro recopila las letras de 189 corraleras.

Conocida por los lebrijanos como la fiesta de las mujeres, debido al gran protagonismo que siempre han tenido en las cruces de mayo, la fiesta se ha vivido estos días en Lebrija con intensidad. Declaradas de interés turístico nacional de Andalucía, las cruces no serían lo mismo sin sus sevillanas corraleras. Este singular cante ha tenido desde sus inicios un contenido pícaro, relacionado con el amor, en el que se tratan temas más desvergonzados y menos formales que en una sevillana convencional. En realidad lo que tienen es un lenguaje más coloquial y que tienen una tradición de varios siglos, explica Lola Gómez, concejal de Cultura y Turismo.

Y como éste es un patrimonio más del pueblo pues hay que preservarlo, y por ello se empezaron a recopilar las letras. Fruto de este trabajo es el libro Cruces de mayo. La fiesta popular de Lebrija, en el que se recogen 189 sevillanas corraleras además de explicar todo lo concerniente a la fiesta. La tarea se ha realizado desde un punto de vista cultural y patrimonial, y así nos enteramos de que las corraleras nos retrotrae a los bailes boleros de pareja del siglo XVIII. El baile de las corraleras no atiende a refinamientos estilísticos y tiene la peculiaridad de bailarse "dando saltitos". El "contoneo" y su singular compás conforman un registro más flamenco, resume la obra.

El manual también nos explica que los lebrijanos tienen sus peculiaridades a la hora de poner música a la fiesta: a los habituales palillos, cañas, guitarras y cajones unen el almirez y hasta la pandereta, todo ello bien aliñado con la arraigada tradición flamenca lebrijana.

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