Rafael Cortés Navarro (Barcelona, 22 de diciembre de 1975) dialoga con la templanza que requiere el momento de la entrevista. Ejerce con total naturalidad su cargo de director de proyectos de la Fundación Real Betis y mezcla su papel de profesor de la Universidad Europea de Madrid con el de gestor deportivo, una simbiosis que ha sabido aplicar en el diseño y funcionamiento de la escuela que ha impulsado la Fundación y apadrinado la entidad de La Palmera.
-La crisis económica es devastadora a nivel general y el fútbol no es un elemento aislado. ¿Hay plazas en la escuela?
-Sí, aún quedan, aunque estamos realmente satisfechos. Ya estamos cerca de los 100 inscritos.
-Supongo que la valoración será positiva, ¿no?
-Por supuesto. Sabemos que el inicio es siempre difícil, pero hemos superado nuestras expectativas.
-Dígame en qué consiste la escuela de la Fundación...
-Es un formato de calidad. Los chavales entrenan tres días a la semana -lunes, miércoles y viernes- en un espacio de primera calidad, los terrenos de césped artificial de la Universidad Pablo de Olavide, y se les va a educar en valores.
-Todos los entrenadores están titulados, ¿no?
-Sí, pero no sólo en el ámbito puramente deportivo. Los monitores tienen un perfil educativo.
-Explíqueme cuál es el modelo...
-Es muy importante el modelo educativo. Allí enseñamos valores. Educamos a través del deporte. El padre que lleve a su hijo debe saber que no sólo practica deporte.
-¿El Betis se ha implicado en el proyecto? ¿Hay comunicación entre ambas entidades?
-Somos dos estructuras distintas, pero la comunicación es diaria. No puede ser de otra manera. Hay un diálogo permanente entre el coordinador de la escuela, Juan Pablo Rodríguez, y el director deportivo de la cantera del Real Betis, José Antonio Gordillo. Nosotros sí tenemos claro que nuestro objetivo en el futuro debe ser servir de alimento a la cantera del Betis.
-Coincidirá en que los precios -712 euros en un pago único- sí son altos, ¿no?
-No estoy de acuerdo. Los precios son competitivos dentro del mercado. La Fundación ha lanzado un programa de becas que todavía está abierto. Nos permitirán ayudar a familias con ingresos inferiores a 35.000 euros brutos al año. Hay becas en dos escalones. Aquellas familias con ingresos inferiores a 15.000 euros pagarán 50 euros al año de manera simbólica y luego estarán aquellas que tendrán descuentos de hasta un 60% si ganan entre 15.000 y 35.000. Sí le quiero dejar claro que la Fundación no va a dejar fuera de nuestra escuela a ningún bético sin recursos. Ésa no es nuestra filosofía.
-La Fundación nació con vocación de servicio y con el reto de modernizar las relaciones de la entidad con los agentes sociales. Dígame en qué frentes se está trabajando ahora.
-Se está trabajando en proyectos nuevos, pero hasta que no estén plenamente consolidados no vamos a anunciar ninguno. Uno de los más laboriosos ya se puso en marcha. Uno de nuestros deseos es fomentar la formación de los canteranos que viven en la residencia. Y en verano iniciamos un proyecto piloto. Los chavales tenían por la tarde una especie de módulos formativos que nos han permitido potenciar su desarrollo.
-¿Podría valorar la polémica originada a causa de la Escuela Miki Roqué [de la que el propio Betis se ha desvinculado al no conocer su proyecto y su modelo de gestión]?
-No puedo hablar de algo que no conozco.
