Líbano amaneció ayer sin presidente por vez primera en su historia y con numerosos soldados en las calles de Beirut. El primer ministro, Fuad Siniora, aseguró que su Gobierno ostenta la autoridad y negó que el Ejército se haya hecho cargo de la seguridad.
El presidente Emile Lahud abandonó a la medianoche el Palacio de Baabda sin dejar a nadie en su cargo ya que el Parlamento fracasó el viernes en su cuarto intento por elegirle un sucesor tras divergencias entre la mayoría y la oposición. En caso de vacío constitucional, la Carga Magna prevé que es el Consejo de ministros quien debe asumir el Poder, pero Lahud considera al actual Gobierno de Fuad Siniora de "ilegal y anticonstitucional" tras la dimisión hace poco mas de un año de seis ministros de la oposición, entre ellos cinco chiíes. Además, confió al Ejército la seguridad del país y puso a los órganos del orden en sus manos.
Pero esta decisión fue rechazada por el primer ministro Fuad Siniora, quien declaró que su gabinete "continuará asumiendo sus responsabilidades y ejerciendo las prerrogativas ya que es legal y constitucional".
Siniora rechazó también la orden de Lahud dada al Ejército de decretar "el estado de Emergencia", considerando esta medida de "anticonstitucional" y asegurando que la calma reina en el país. Siniora, que visitó ayer al patriarca maronita, Monseñor Nasralá Sfeir, comunidad a la que debe pertenecer el presidente, aseguró que "no se quedará un minuto más en el poder" una vez que se elija al nuevo mandatario.