Protesta a la entrada del centro de salud de Pino Montano en repulsa por la brutal agresión. /E.P.
El sindicato de funcionarios CSIF anunció ayer que se personará como acusación particular contra las dos personas detenidas el martes tras agredir a un médico, al que rompieron la nariz, y a un enfermero del centro de salud de Pino Montano B, una agresión que denunció el Sindicato Médico y a cuya condena se unió también el sindicato de enfermería Satse y el Colegio de Médicos, cuyos servicios jurídicos representarán al pediatra agredido. Aunque recientemente la consejera de Salud, María Jesus Montero, informó en el Parlamento del descenso registrado en 2012 en este tipo violencia física y verbal contra los profesionales sanitarios, que ya es calificada por algunos jueces como delitos contra la autoridad y por tanto penada con cárcel, en los primeros cuatro meses del año, en Sevilla se registraron 13 casos, dos más que en el mismo periodo del año anterior. Cuatro de ellos se produjeron en el último mes de abril, cuando en el mismo mes de 2012 solo hubo una.
En todo 2012, fueron 245 los médicos y enfermeros agredidos, la provincia en la que se registraron más casos. En toda Andalucía hubo el año pasado 925 agresiones, 151 menos que en 2011. Entre el 22 y 25% alcanzan el nivel de a violencia física. El resto se quedan en reproches verbales subidos de tono o algún zarandeo sin lesión.
A diferencia de lo que ocurre en Sevilla, en el cómputo global de la comunidad se mantiene una tendencia al descenso en este tipo de actitudes violentas con los profesionales sanitarios ya que entre enero y abril de este año se produjeron 69 frente a las 76 del mismo periodo del año pasado mientras que en abril se registraron 15 casos en ambos años.
El SAS cuenta con un Plan de Prevención y Atención de Agresiones para los Profesionales del Sistema Sanitario Público de Andalucía que incluye un protocolo y registro de todos los casos y medidas destinadas a que los trabajadores sanitarios se sientan más seguros en sus puestos de trabajo. Estas medidas incluyen desde los vigilantes de seguridad con los que cuentan 600 centros andaluces los trabajadores del ambulatorio de Pino Montano B se concentraron el miércoles para exigir uno hasta 3.500 botones antipánicos instalados que permiten a los profesionales dar la alarma sin ser vistos, además de videocámaras de seguridad, interfonos y teléfonos conectados con sistemas de seguridad, arcos con detectores de metales o sistemas de detección de movimientos y hasta 555 edificios que tienen salidas alternativas en caso de emergencia. En total, en Andalucía hay 9.259 medidas de seguridad implantadas en centros asistenciales, 1.556 en Sevilla. Según datos de la Delegación Provincial de Salud, las causas más frecuentes por las que un usuario arremete contra los profesionales sanitarios son desacuerdos en la asistencia recibida, su exigencia de prestaciones o de ser atendidos de manera inmediata.
Más de la mitad de estos episodios se produce en los centros de atención primaria, concretamente el 52%, mientras que en los hospitales se registra el 48%. En ambos casos, el personal afectado es mayoritariamente femenino (en Andalucía el año pasado hubo 598 mujeres agredidas y 327 hombres)
