La congelación de los sueldos de los concejales y altos cargos de algunos ayuntamientos es la continuación de lo que sentimos los españoles todos al conocer la realidad de la crisis económica o enfriamiento de la economía: nos quedamos helados.
Para afrontar la crisis, el Gobierno repartió 400 euros entre los ciudadanos, como el Marqués de Sotoancho entre sus siervos, paliativo imposible de las pequeñas economías domésticas, que se vuelven a quedar heladas ante la falta de respuesta de un gobierno que reparte dádivas como si el presupuesto fuera suyo.
Solbes descubre una nueva fórmula: congelar las aportaciones del Estado a los ayuntamientos, de manera que el seguro malestar de los ciudadanos con el Gobierno se traslade a los ayuntamientos, como si estos fueran responsables de la crisis o de su solución. No deja de ser una medida cobarde y absolutamente ineficaz.
Mientras Andalucía Turismo tiene un presupuesto de promoción que duplica el de Turespaña, los ayuntamientos tienen que asumir todos aquellos puntos de atención al ciudadano que deja al descubierto la Comunidad Autónoma y el Estado, lo que no debe dejarnos fríos a ninguno, especialmente a quienes pensaban que, entre otras cosas, se iban a beneficiar de la ley de dependencia, por poner un ejemplo.
Ante el enfriamiento de la economía, los ayuntamientos, algunos que no todos, han decidido congelar los sueldos de los concejales, lo que no calienta la economía, pero es al menos una medida solidaria con el resto de los ciudadanos, entre quienes están, por cierto, los 66.000 concejales de España a quienes también aprieta la crisis, las hipotecas, los uniformes y la falta de inversiones estatales.
La congelación de la economía, la congelación de salarios y el enfriamiento general sólo puede llevar al gobierno a una de dos posibles soluciones: una caja de Frenadol para todos los españoles o crionizarse él mismo para despertarse cuando haya pasado la crisis. Yo soy partidario de crionizar al Gobierno y pongo para ello los 400 euros que limosneó el Gobierno. No solucionará la crisis, pero seguro que llevará calor a los ciudadanos.
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