"Cristina no se merecía irse de esa manera...", afirma contrariado, para acto seguido alentarla con sus palabras: "Pero ella se sobrepondrá a todo esto porque es una persona muy inquieta y tiene mecha para rato, además de ser muy querida y de estar muy solicitada en el extranjero". Son palabras sentidas de su mano izquierda -la derecha lo era el marido de la coreógrafa-, el primer bailaor hasta del Ballet Flamenco de Andalucía... hasta el pasado 31 de diciembre, Mariano Bernal.
Y es que la destitución de Cristina Hoyos y su esposo al frente de la compañía pública dependiente de la Consejería de Cultura de la Junta no sólo la ha dejado descabezada, sino inactiva y sin rumbo desde finales de año. "No hemos tenido más información que la recibida hace unas semanas por Cristina, que nos avanzó lo que había. Llevamos en el Ballet muchos años trabajando y siempre esperas que si se dan unas circunstancias como éstas, alguien de la Junta, que es nuestra empresa, vendrá a informarte. Lo hemos esperado sin resultado. Sólo sabemos que no tenemos contrato y que, por tanto, no existe la compañía", explica, al tiempo que subraya lo duro que resulta "enfrentarte periódicamente a las informaciones que se han dado en los medios de comunicación sobre la salida de Cristina y el probable final del Ballet, que ha generado no poca preocupación", reconoce. Tan feo se les puso el panorama que "desde entonces entendimos que debíamos buscarnos las habichuelas por otro lado, porque mientras los políticos se deciden y no nosotros tenemos que comer; no podemos esperar meses y meses a que se decidan".
Sobre la salida de su admirada Cristina Hoyos y las razones que han podido pesar en ello, Mariano Bernal es franco: "Ella ha llevado el Ballet como ha creído y querido. Si se la quiere juzgar, es cuestión de opiniones, pero una cosa está clara: Cristina estará muy sorprendida de cómo se han desarrollado las cosas, porque su solo nombre en un cartel ya llena los teatros del extranjero. Si ahora se quiere prescindir de esa proyección internacional que con ella se ha dado, sus motivos tendrán en la Junta", manifiesta.
E insiste: "Es una pena porque Cristina lleva muchos años en la profesión y ha aportado grandes cosas al Ballet, se diga lo que se diga. Y no será fácil sustituir o suplir esa trayectoria... Así las cosas, sólo espero que las cosas se hagan en Cultura de otra manera. Y vaya por delante que tienen todo el derecho a remodelar y cambiar la estructura de la compañía si lo desean, porque como compañía pública que es sabemos que puede haber una rotación en los bailaores y hasta en la dirección, pero las formas creo que no han sido las oportunas".
El Ballet Flamenco de Andalucía, tras la destitución de Hoyos por mor de la crisis, ha quedado en manos de un consejo de expertos -"que no cobra", destaca Cultura- que es el que, en comunión con la Agencia Andaluza del Flamenco, deberán redibujar el presente y futuro de una compañía que con montajes como Poema del cante jondo, Viaje al Sur y Romancero gitano, ha paseado el nombre de Andalucía por teatros de medio mundo, otorgándole una proyección exterior que se esperaba intensificar a raíz de la declaración del flamenco como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad. Habrá tiempo de ver si será posible.
