Estudió en el San Francisco de Paula. Se licenció en Ingeniería Industrial cuando entonces era una rareza ver a una mujer por los pasillos de la Escuela de la Universidad de Sevilla. Hizo un máster en Gestión de empresas e innovación en el Instituto San Telmo cuando todavía pocos creían en el valor de la I+D+I. Trabajó en Abengoa, Siemens y en la Consejería de Innovación de la Junta. Y después de todo esto y con solo 38 años, Cristina Uruñuela se ha convertido en la profesional que une a las empresas andaluzas con Bruselas y las compañías líderes en Europa.
-Usted ha montado una empresa con la que asesora a empresas andaluzas para captar fondos de la Unión Europea. ¿En qué consiste exactamente su servicio?
-Me centro en ofrecer a empresas andaluzas alianzas estratégicas con compañías europeas líderes en su sector y que ya han obtenido fondos europeos para proyectos de I+D. Esas alianzas nacen con una garantía de éxito de casi un cien por cien, ya que las empresas andaluzas van de la mano de otras que ya han captado fondos, lo que supone demostrar que se saben hacer y gestionar bien los proyectos.
-¿Cuál es la barrera que impide que las empresas andaluzas sepan moverse en el complejo entramado comunitario?
-Uno de los factores principales es el idioma. Hace falta un nivel muy técnico. Otro de los factores tiene que ver con el hecho de que, para entrar en el entramado de Bruselas, hay que hacer previamente una inversión mínima a la que después se le gana muchísimo. Pero hace falta esa primera apuesta por Europa. Por último, la tercera razón diría que tiene que ver con el nivel tecnológico. En Europa trabajo con las empresas más punteras dentro de su sector, y aunque en Andalucía hay empresas muy buenas, éstas no consiguen conectar con aquellas. Yo me encargo de ser el nexo de unión entre el valor añadido que ofrece Andalucía y el valor de las empresas europeas.
-¿Qué es lo que hace que esas firmas europeas punteras se decanten por empresas andaluzas?
-Atrae el know how (saber hacer) del proceso de producción que tenemos en Andalucía en sectores muy concretos, como el de la aeronáutica.
-¿Y dentro de España, cuáles son las comunidades con las que Andalucía se mide los cuartos para ser la elegida para esos consorcios con firmas europeas?
-Hay empresas en toda España que participan en el VII Programa marco, en el Programa CIP y en los Fondos estructurales. El País Vasco es muy activo, igual que Cataluña... Pero Andalucía no se queda atrás. Pese a todo, la presencia de empresas andaluzas en consorcios europeos sigue siendo contada. El futuro de la financiación de Andalucía está en Europa.
-¿Y Europa puede mantener ese compromiso con la I+D+I en estos momentos de crisis?
-Hasta el momento, la información que Bruselas ha transmitido es que va a mantener ese compromiso aunque con nuevos objetivos a cumplir: excelencia científica, competitividad industrial y retos sociales. Pese a todo, las subvenciones de la UE a los proyectos seguirán oscilando entre el 50% y el 75% para las pymes. Y esto les da la vida.
-¿Qué ganan las empresas andaluzas participando en estos proyectos europeos?
-Claramente, competitividad por un esquema financiero ventajoso, y prestigio, porque te mueves con los mejores. Te diferencias.
-Trabajó en el sector privado, pasó por el público y, finalmente, se decidió a andar sola. ¿Qué le animó a ello y en un mundo como el de Bruselas, dominado por los hombres?
-Soy una persona de retos. Tengo una anécdota con un ministro al que le comenté en una conversación informal que mi mayor preocupación es conseguir que Andalucía prospere, conseguir que un empresario de una pyme alcance su sueño. Desde el punto de vista personal, me planteé este trabajo como una manera de volar más alto.
-¿Se topó con muchas dificultades en los pasillos de la UE?
-Con trabajo se consigue todo. Y sí, Europa es un mundo muy masculino. Pero las cosas han cambiado. Cuando yo estudié Ingeniería Industrial era la única mujer de mi promoción. Ahora son el 54%.
-No sin polémica, Europa ha aprobado que en las empresas cotizadas haya un 40% de mujeres en los consejos de administración, aunque lo fía a 2020. ¿Cómo valora usted este debate?
-El debate sobre la participación de la mujer en los consejos de administración pone de manifiesto que aún hay puntos que no están claros en materia de igualdad. No obstante, y en relación a las cuotas, soy partidaria de que en cada puesto esté el que mejor lo haga.
-¿Qué consejo le daría a aquellas mujeres que estén pensando dar un salto como el que usted dio para montar su propia empresa?
-Deben fijarse un objetivo y trabajar con constancia hasta conseguirlo. Lo que más me motiva es la pasión por mi trabajo que me empuja y se transmite al entorno.
-Siguiendo su razonamiento, ¿a Sevilla le falta pasión?
-No lo creo. Sevilla tiene profesionales muy cualificados, aunque quizás lo que les falte es la filosofía que tienen en otros países europeos en los que apostaron por Europa y se formaron para moverse por ella. Cuando empecé, me parecía todo un mundo. Ahora me muevo como pez en el agua.
-¿Pero sigue Europa creyendo en sí misma después de la imagen que está dando con la gestión de esta crisis?
-Dada la situación que atravesamos, el solo hecho de que Europa quiera mantener la unidad comunitaria es un esfuerzo. La clave también está en los detalles.
