La afirmación del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, que el viernes al hacer balance de la legislatura aseguró que es necesario el entendimiento con CiU y PNV para dotar de mayor estabilidad a España, le valió ayer las críticas de buena parte del resto de partidos, que le acusan de dar un giro conservador e intentar pactar con Ibarretxe pese a que mantiene su proyecto soberanista.
Uno de los más claros fue el portavoz de IU-ICV, para quien Zapatero ha "dejado de ser la garantía de una política de izquierdas al dejar "la puerta abierta" a la política "profundamente conservadora" de CiU. Por ello, sostuvo que votar a Zapatero es "una opción insegura para conseguir un Gobierno de izquierdas en España y también en Cataluña".
Por su parte, el portavoz parlamentario de ERC, Joan Ridao, cree que "el PSOE prefiere la comodidad de tener acuerdos con CiU" porque la federación nacionalista "no tiene más norte político que el poder por el poder", aunque ha dejado claro que ERC no cierra la puerta a "acuerdos puntuales" con el PSOE.
A su juicio, un hipotético pacto PSOE-CiU "no sólo no pondría en peligro" al tripartito catalán, sino que "acabaría neutralizando el papel de Artur Mas" como jefe de la oposición en Cataluña.
Por último, desde el PP su portavoz en el País Vasco, Leopoldo Barreda, denunció que Zapatero "tienda la mano" a un PNV que tiene "alianzas de hierro con ETA-Batasuna" y en el momento en que esta formación es la "más radical de los últimos años". De paso, el dirigente del PP vasco reprochó a Zapatero que "no haya sido capaz de hacer una apuesta clara por la ilegalización de ANV" y denunció que tampoco ha descartado "una nueva negociación con ETA".
