La dirección del partido en Sevilla, más próxima a Alfredo Pérez Rubalcaba, se quedó fría y observó un toque de corneta desde la dirección andaluza, con el apoyo del presidente de la Diputación, Fernando Rodríguez Villalobos, para desbordar la sala.
Viera denuncia que ese día la número dos del PSOE andaluz trató de presionarlo y le amenazó con dejarlo caer si no inclinaba la balanza hacia Chacón en el Congreso Federal. Ella -que se mantiene en lo que llaman "neutralidad activa" y no se decanta públicamente- niega tajantemente que la conversación se produjera en esos términos y aseguró el pasado lunes a este periódico, antes de que se desarrollara la reunión urgente de la ejecutiva provincial, que no hubo bronca. Fuentes socialistas aseguran que Viera "está nervioso" y ha "malinterpretado" lo ocurrido.
Lo rumió el fin de semana. La sorpresa la dio Viera el lunes cuando forzó de forma urgente una reunión de la ejecutiva del PSOE de Sevilla y denunció el supuesto acoso de Díaz. Fue una bomba. Destacados militantes trataron, sin éxito, de abortar la reunión. Entre ellos, Villalobos. Ella no estaba pero recibió cumplido reporte de lo ocurrido. "Viera forzó una ejecutiva provincial para dinamitar la mayoría social del PSOE de Sevilla", le reprochan fuentes socialistas. Le acusan de querer imponer el apoyo a Rubalcaba. Sus afines lo niegan. Las "injerencias", aseguran, fueron de Díaz.
El matrimonio de conveniencia que ha mantenido al dirigente sevillano ocho años saltaba por los aires. El detonante ha sido el Congreso Federal. Pero lo que más ha erosionado la relación es el presunto fraude en los Expedientes de Regulación de Empleo (ERE) que investiga un juzgado sevillano y que tiene a Viera, exconsejero de Empleo, en la mira. Casi cada lunes, la número dos de José Antonio Griñán ha respondido públicamente defendiéndolo siempre. Incluso esta semana Díaz se situó "en la mayoría" del PSOE de Sevilla que lo apoya, ensalzó la "fortaleza electoral" de los socialistas sevillanos y el "encomiable trabajo" de su secretario provincial. "Todo un monumento al cinismo", asegura un veterano socialista.
El PSOE de Sevilla está desgajado en dos bandos. Eso no es nuevo. Es cíclico. La novedad son los protagonistas. La situación recuerda a la de 2004, cuando José Caballos -el líder del PSOE sevillano bajo la figura de Luis Navarrete como secretario provincial- levantó la mano y pidió sitio en el puente de mando en Ferraz. Se cavó su tumba. La dirección regional de Manuel Chaves y Luis Pizarro lo condenaron y empujaron a José Antonio Viera a dar un paso al frente y optar a la secretaria provincial. Se adelantó a Alfredo Sánchez Monteseirín.
Susana Díaz, que había subido peldaños en el partido con Caballos como padrino, ayudó a Viera a ganar, por la mínima, un congreso durísimo. Cuatro años más tarde, fue ella también quien consiguió que el actual dirigente provincial lograra un apoyo del 80%.Después saltó a San Vicente como secretaria de Organización pero nunca abandonó Sevilla. A ella le atribuyen todo tipo de maniobras en los últimos tiempos. Controla, dicen, hasta los pequeños detalles. Si no, oigan al líder de las Juventudes defenestrado este otoño.
El pasado lunes, si alguien "sofocó el incendio" no fue Viera sino Villalobos, aseguran desde el lado de Díaz. En esa tensa reunión se le recordó a Viera que para "injerencias" las de 2004, cuando San Vicente fabricó e impuso su liderazgo. Además se le dejó claro que ya no tiene ese 80% de respaldo. Ahora parece que es también la ejecutiva regional la que lo dejará caer y ya tiene candidatos para su relevo. No se sabe cuándo. La idea es esperar hasta después de las elecciones del 25 de marzo.
Mejor no hacer planes. El secretario general del PSOE andaluz, José Antonio Griñán, aseguran que está al margen. Se tratará de cerrar una única lista en el congreso del sábado para evitar que Griñán acuda como delegado al congreso en un escenario de división.
Sonó la posibilidad de que Díaz saltara a un área de poder clave en Ferraz como la Secretaría de Organización. Ella lo negó. Lo que dice su biografía política es que siempre está en el bando ganador. La "neutralidad activa" está siendo quizás demasiado activa. O simplemente Viera era ya pasado antes de este episodio.