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Crónica de una celda anunciada

Aunque no por anunciada fácil de asimilar, ha sido la decisión más difícil de su vida: entrar en prisión.

el 05 mar 2014 / 12:08 h.

del-nidoEl abogado y expresidente del Sevilla José María del Nido, condenado a 7 años de prisión por el caso Minutas, relativo a corrupción en Marbella, se ha levantado esta mañana preparado para una crónica ya anunciada, aunque no por ello fácil de asimilar, la decisión más difícil de su vida: entrar en prisión. Con naturalidad, calmado y tranquilo se ha despedido de su familia como un día más cuando se iba a trabajar y, acompañado por un amigo, ha entrado a las 08.45 horas de forma voluntaria a la cárcel Sevilla I con un pequeño equipaje y algo de lectura. Arropado por familiares y amigos ha intentado llevar con toda naturalidad su ingreso en prisión y, debido a ello, en las últimas semanas ha quedado con sus seres más queridos para comer o cenar y, de este modo, despedirse personalmente de cada uno de ellos, han asegurado a Efe fuentes de su entorno. La parte más difícil, despedirse de sus hijos menores de edad, a los que le ha explicado que papá estará lejos un tiempo, mientras a los mayores sólo les ha pedido que sean fuertes y sigan siendo íntegros, han añadido las fuentes. Pese a las reuniones y comidas que ha tenido en los últimos días para dejar todo preparado ha intentado seguir con sus hábitos cotidianos, motivo por el que ayer por la tarde se fue a correr con su hijo, para mantener su estado físico, como un día más. Según su entorno, ha querido ir a prisión voluntariamente antes de que la Audiencia le diera un ultimátum, aunque ha evitado el espectáculo mediático al ingresar a primera hora porque su intención era entrar "como uno más" y "con toda la naturalidad". Quiso suspender la condena mientras se tramitaba su indulto, pero a los pocos días fue consciente de que la Audiencia Provincial se lo iba a denegar. Del Nido fue condenado a siete años de prisión por la Audiencia de Málaga por prevaricación, malversación y fraude, y el Tribunal Supremo confirmó el fallo en lo esencial, aunque anuló su condena por fraude. Desde la prisión matará el tiempo libre trabajando y dando los últimos retoques al calendario de pago de la responsabilidad pecuniaria a la que fue condenado y que asciende a 2.786.607,34 euros. También podrá seguir, por la radio o por televisión, la trayectoria del equipo de fútbol que lideró durante doce años y tener una pequeña alegría si al final de temporada se clasifica para jugar la Liga Europa.

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