El Sevilla puede sonreír. Su rival en octavos de final de la Liga de Campeones será el CSKA de Moscú, junto a Olympiacos uno de los dos rivales deseados en el sorteo celebrado ayer. Mientras en Copa del Rey el equipo de Manolo Jiménez deberá vérselas con el Barcelona, el mejor del mundo en la actualidad, en la máxima competición internacional la suerte sigue acompañándole.
Suerte en mayor o menor medida, según cada cual, porque el histórico equipo ruso tiene argumentos para dar la sorpresa. En cualquier caso, nada que ver con la que han corrido Chelsea, que se medirá con el Inter, o Manchester United, con el Milan. También afortunados pueden considerarse el Barcelona (Stuttgart) y el Real Madrid (Lyon).
El CSKA, históricamente considerado como el equipo del Ejército por sus orígenes, tiene en sus vitrinas diez títulos de Liga -el último de ellos conquistado en 2006- y ocho de Copa -la última, ese mismo año-, así como una Copa de la UEFA (2005). Sibneft, petrolera vinculada a Roman Abramovich, es su patrocinadora.
Pese a ello, la irrupción del Zenit de San Petersburgo y del Rubin Kazan, unida a la crisis económica e institucional que ha vivido, han relegado al CSKA a un segundo plano. Desde la marcha de Valeri Gazzaev a finales de 2008 no ha logrado encontrar la estabilidad. De hecho, en el último año ha tenido tres entrenadores: Zico, destituido en septiembre pasado; Juande Ramos, que duró sólo 47 días en el cargo; y el actual, el joven Leonid Slutski, quien por ahora aguanta.
LAS BAZAS MOSCOVITAS. Quinto en la última Liga, accedió a octavos de la Champions tras lograr siete puntos en los tres últimos tres partidos de la fase de grupos, merced a su empate en Old Trafford y sus triunfos sobre Wolfsburgo y Besiktas. El serbio Krasic, elegido mejor jugador de su país y segundo máximo goleador de esta Liga de Campeones tras Cristiano Ronaldo, es su gran referencia. Junto a él destacan Dzagoev, una de las joyas del fútbol ruso, el portero Akinfeev y Mark González.
A pesar de todo, hoy por hoy el Sevilla es superior al CSKA, que, además, se encontrará en plena pretemporada cuando se dispute la eliminatoria. El partido de ida ha quedado fijado para el 24 de febrero, en Moscú, y el de vuelta para el 16 de marzo. el frío asusta. Las bajas temperaturas de febrero en la capital rusa y el césped artificial del Estadio Olímpico Luzhnikí son dos de las grandes preocupaciones.
TERCERA VISITA A LA CAPITAL DE RUSIA. La última visita del Sevilla a Moscú -la primera fue al Torpedo, en la temporada 90/91- tuvo lugar precisamente en ese mismo mes de 2006, al Lokomotiv, en Copa de la UEFA. Ese día, la temperatura rondó los 17 grados bajo cero, pero el equipo entonces dirigido por Juande ganó (0-1). El partido estuvo a punto de no jugarse por el mal estado del césped. En esta ocasión, ese problema no existirá, ya que será artificial. Otro hándicap... superable.
