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Cuando el agua no es de todos

Esta semana llega a los cines de toda España la película que representará a España en los Oscar, También la lluvia.

el 07 ene 2011 / 18:30 h.

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Luis Tosar protagoniza esta cinta en la que está arropado por actores como Gael Bernal o Karra Elejalde

El productor Costa (Luis Tosar) y Sebastián (Gael García Bernal) llegan a Cochabamba, en Bolivia, para filmar una película de época sobre la llegada de Cristobal Colón a América y la cruel colonización de indígenas en Santo Domingo.

El rodaje se complica porque estalla el descontento entre la población por la privatización del agua, la conocida como Guerra del Agua, en la que se verán envueltos ambos personajes, acompañados por secundarios de la talla de Karra Elejalde (Antón/Cristóbal Colón), Raúl Arévalo (Juan/Padre Montesinos) o el novel Juan Carlos Aduviri (Daniel/Hetuey).


El oro y el agua representan en También la lluvia el afán de control, poder y explotación del hombre, y los dos bienes se convierten en el germen de una codicia atemporal separada por 500 años de historia.

Sin caer en la mera autocrítica, la cinta también muestra la capacidad de lucha del ser humano ante el irrenunciable deseo de libertad."La película celebra la resistencia ante una situación tan injusta como la de que no te permitan recoger el agua de la lluvia", ha afirmado la directora madrileña Icíar Bollaín, quien ha elogiado la labor del guionista Paul Laverty para sumar historias y emociones en esta película.

También la lluvia conjuga tres relatos en uno: el del propio rodaje, el de los indígenas bolivianos ante la privatización del agua y la historia rodada sobre la llegada de Colón a América.

Todo un complejo ejercicio de "metacine", explica Bollaín. "Me asustaba la película, sobre papel tenía sentido, pero no sabía si en pantalla saltar de una historia a otra saldría bien. Como directora fue un gran reto", confiesa.

Ganadora de un Goya por Te doy mis ojos, en la que ha sido la película más ambiciosa de su carrera.

Esta producción movió miles de extras, 300 de ellos indígenas, un equipo de 130 personas y más de 70 localizaciones, muchas de ellas en exteriores, y todo en tan sólo ocho semanas de rodaje. "El rodaje fue un lío del diez, sólo tienes que leerte el guión para verlo, pero a pesar del poco cine que hay en Bolivia, la gente que trabaja es muy profesional -explica Bollaín- y lo más difícil de rodar fueron los altercados en Cochabamba, con indígenas que en algunos poblados aún siguen sin agua".

También la lluvia retrata las luces y sombras del ser humano, desde su egoísmo y crueldad a su lealtad y compañerismo, como el descreído productor Costa o Antón, que viven un profundo viaje emocional.

"Costa era un personaje complejo de base, es un cabrón y un cínico, pero tiene corazón y le he cogido cariño", explica Luis Tosar, quien regresa al cine tras el Goya obtenido por su elogiada interpretación de Malamadre en Celda 211. 

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