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'Cuando el cielo cae': Ya lo dijo Shakespeare

Dinamarca, 2009. Título original: Himlen falder. Director: Manyar I. Parwani. Producción: Ib Tardini, Camilla Ramonn. Guión: Manyar I. Parwani. Fotografía: Lars Reinholdt. Música: Halfdan E. Montaje: Faisel Nazir Butt. Intérpretes: Mille Hofmeyer Lehfeldt, Marcus N. Christensen, Dick Kaysøe, Clara Bruun Sandbye, Kathinka Meyer-Johansen, Kirsten Olesen, Kristian Halken. 110 minutos.

el 12 nov 2009 / 21:18 h.

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Hace unos años, en la sección oficial de este festival, muchos nos estremecimos con la película Anklaget, del danés Jacob Thuesen. El director nos guiaba por un camino, haciéndonos partícipes de la historia, para al final desvelarnos (contra todo pronóstico, ya que nadie esperaba aquello) que el problema estaba en que el padre de familia era un sinvergüenza que abusaba de su hijo. Años antes, Thomas Vinterberg ya nos había planteado el mismo tema del incesto en su aclamada Celebración.

Y ahora, el debutante Manyar Parwani revisita el tema con esta cinta, muy contundente, muy dura. Puede ser que sea casualidad, pero también que este sea un tema que (por el motivo que sea) esté presente en la sociedad danesa, y que William Shakespeare tuviera razón cuando escribió aquello de “algo huele a podrido en Dinamarca”…

En este caso, la historia está basada en unos hechos reales que sacudieron el país hace unos años. Sara, una mujer de 28 años, que fue dada en acogida a los 11, se entera de que su madre biológica ha muerto y decide ir al funeral y ver a su hermano mayor con el que se llevaba muy bien de pequeña. No tarda en descubrir que ni él ni su padre la reconocen, pero ella no desvela su identidad. Todo se derrumba al descubrir que tiene dos hermanas pequeñas y que en la casa familiar pasan cosas horribles.

Tanto como las de su infancia. Cuando el cielo cae tiene alguna que otra laguna en el guión, y un par de secuencias (el viaje psicotrópico de Sara es el ejemplo más claro) innecesariamente alargadas, pero es una cinta muy sólida, muy dura, y las situaciones que se plantean encogen el estómago a cualquiera con un poco de sensibilidad.

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