Lo normal es que un niño a partir de los cinco años controle el pipí por la noche. Pero, ¿qué ocurre si sigue mojando la cama superada esa edad? Los médicos advierten de que el pequeño corre el riesgo de sufrir problemas de autoestima y fracaso escolar. Si se consulta pronto, hay tratamientos efectivos.
La enuresises un término griego que significa vaciar la vejiga. Es un trastorno mucho más frecuente de lo que se percibe. Véase la siguiente estadística: el 15% de los niños de cinco años moja la cama por la noche. El porcentaje luego disminuye, pero también resulta llamativo que el 7% de los chicos de 10 años continúe sufriendo el mismo problema.
No obstante, los médicos se quejan de que los padres no consultan el trastorno. Y dan una cifra para demostrarlo: el 70% de los pequeños afectados está sin diagnosticar. Esta reflexión aparece en el primer Libro Blanco de la Enuresis Primaria, que se presentó recientemente en Sevilla.
Según el doctor Rafael Espino, endocrino infantil del Hospital de Valme y uno de los coordinadores del documento, "es un tema de importancia social por su volumen y sin embargo todavía existe una cierta vergüenza a reconocer en público que los hijos se siguen haciendo pipí en la cama. En el libro se recoge que el 83% de los padres no acude al pediatra o se dejan llevar por publicidades que afirman que con una braguita pañal determinada se puede esperar a que el problema se solucione solo".
"Todo un error", apostilla, que termina por pasar factura a toda la familia. "Llega un momento en que los padres descansan mal por las noches, soportan un mayor trabajo en casa (tienen que hacer más coladas), y esto le supone un mayor estrés que puede derivar en gritos o burlas", continúa el especialista. En los niños, afloran sentimientos de vergüenza, apuro y culpabilidad que también causan estrés y problemas de sueño. Es más, los 1.200 pediatras que participaron en la creación del libro avisan de que esto repercute en el rendimiento escolar.
De ahí que el experto insista en que el primer paso para la cura consiste en detectar las causas que originan la enuresis. "A modo de resumen, la mayor parte de los niños se hacen pipí durante el sueño porque tienen una predisposición genética o bien producen más orina por la noche tras beber mucho líquido o fracasar el mecanismo del despertar -en condiciones normales, la vejiga emite una señal al cerebro cuando está llena para que la persona se desvele y vaya al cuarto de baño-".
El 98% de las enuresis se pueden resolver en los centros de salud. De ahí que los presidentes de las cinco sociedades científicas que han participado en el manual coincidan en que hay que incluir este trastorno en los Programas obligatorios de Salud del Niño. También piden incrementar la información a las familias con hijos en edad preescolar. "Si el niño tiene más de cinco años y se orina por la noche, hay que consultar al pediatra", insiste Espino.
