Los retrasos en el pago del salario se han vuelto, por desgracia, algo cotidiano en los hogares sevillanos. No en vano, 33.150 sevillanos se vieron abocados desde 2008 hasta ahora a presentar una demanda judicial para poder cobrar su sueldo tras meses sin percibirlo. Son las llamadas reclamaciones de cantidad, que tras años de subida desde que comenzara la crisis se han estabilizado, mientras que los despidos y concursos de acreedores han registrado una importante bajada en el último trimestre del año. Escaneando las estadísticas judiciales de la provincia, obtenemos una radiografía de cómo ha ido afectado la crisis tanto a la sociedad como a la propia Justicia, que se ha visto desbordada de asuntos desde que comenzara la rescisión económica allá por 2008, hace ya seis largos años. Uno de los datos que más llama la atención es el gran número de reclamaciones de cantidad que los juzgados de lo Social de Sevilla han recibido durante este tiempo. El acumulado alcanza la cifra de 33.150 demandas, lo que supone una media de más de 20 cada día desde el 1 de enero de 2008 hasta el 30 de junio de 2014. Las cifras del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) aportan un dato positivo, el crecimiento de estos asuntos se ha estancado, teniendo en cuenta que en los tres primeros meses de este año solo han crecido un 1,7 por ciento. La cifra parece esperanzadora, pero cuando se amplía el punto de mira, aquella se desvanece, pues hay que tener en cuenta el crecimiento desmesurado de estos últimos años, que hacen que aún hoy en día se presenten casi el doble de demandas por impago de salario que, por ejemplo, en el tercer trimestre de 2007. Era otra época, entonces se presentaban 595 casos, mientras que en 2014 se alcanza aún los 1.069. Al menos, es una cifra que ésta lejos ya de los 2.129 casos que se contabilizaron en el segundo trimestre de 2011, el pico máximo. Desmenuzando las estadísticas, 2008 fue un año crítico, en el que la decadencia económica nos cogió casi por sorpresa. Fue entonces cuando los sevillanos comenzaron a perder poder adquisitivo al tener problemas de cobro: las reclamaciones de cantidad se incrementaron en un 62 por ciento con respecto al año anterior (de 3.029 a 4.903). De hecho, fue en el segundo trimestre de ese mismo año cuando estas demandas se doblaron, con un crecimiento en comparación con la misma fecha del año anterior de un 104,2 por ciento. El crecimiento anual ha sido constante desde entonces, hasta alcanzar las 6.611 demandas anuales que se contabilizaron en los juzgados de lo Social por esta causa en 2011. A partir, de ahí la cifra fue descendiendo y ya el año pasado cerró con 4.623 asuntos. Una simple suma, nos da como resultado las 33.150 reclamaciones de cantidad que en solo seis años han pasado por estos órganos judiciales, que están ya señalando los juicios por este asunto para dentro de cuatro años. Sí, 2018. En este tiempo no se ha creado ni un solo juzgado nuevo, solo dos de refuerzo que están también ya tan desbordados que no dan para más. Sin embargo, en estos órganos lo que se ven son casos urgentes, entre los que se encuentran los despidos que, aún así, ya se fijan para dentro de un año o más. El segundo trimestre del año en cifras. Afortunadamente, los ceses de contratos ya están bajando, en una tendencia que se mantiene desde el año pasado. En el segundo trimestre del año, el descenso ha sido de un 19 por ciento, con 1.158 demandas por este motivo. Como ocurre con las reclamaciones de cantidad, el peor momento se vivió entre el año 2007 y 2008, cuando los despidos crecieron un 58 por ciento, pues de 2.425 casos se pasó a 3.830. Eso sí, lo peor se vivió en el año 2012, que cerró con 6.247 demandas por despido. Ya en 2013, la cifra bajó hasta los 5.482, muy lejos aún de los datos de 2007. En total, desde el 1 de enero de 2008 hasta el 30 de junio de 2014, se han presentado 30.983 demandas por despido. Un dato en el que hay que tener en cuenta un par de detalles. El primero, que muchas de las demandas son colectivas, es decir, que son presentadas por un grupo de trabajadores; y el segundo, que estos son solo los casos que acaban en los juzgados porque el empleado no está de acuerdo con la decisión o considera que se ha cometido alguna irregularidad en su cese. Así que, lamentablemente, son muchos más los sevillanos que se han quedado sin empleo en este tiempo. Menos quiebras. Otro dato positivo que se refleja en las estadísticas del CGPJ es la bajada del número de concursos de acreedores lo que antes era conocido como suspensión de pagos o la temida quiebra. Los juzgados de lo Mercantil son los encargados de ejecutar este procedimiento en el que una empresa se somete a la administración judicial para evitar su cierre o bien hacerlo de forma ordenada y hacer así frente a las deudas con trabajadores, proveedores y administraciones públicas gracias a la liquidación de sus bienes. En el segundo trimestre del año, la bajada ha sido del 24,7 por ciento, con 64 concursos presentados, dato que para ponerlo en valor podemos compararlo con los 121 que se contabilizaron en el segundo trimestre de 2012, la máxima cantidad registrada en tres meses. Ese mismo año se registraron 407 asuntos de este tipo, la cifra más alta, si bien la mayor subida se produjo entre 2007 y 2008, con un 337 por ciento. El gran problema de estos procedimientos es su complejidad, ya que hay que incluir como parte a todos los afectados por la deuda de la empresa, sacar bienes a subastas, embargos... Todo esto hace que los procesos se eternicen, como demuestra el hecho de que entre 2012 y 2013 solo se hayan declarado concluidos 12. Este año, por ahora, ninguno. Ante este atasco el mundo judicial no para de reclamar más jugados y medios para poder agilizar estos asuntos que al fin y al cabo tienen su reflejo en la economía.