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“Cuando falla lo económico, el racismo va colándose en las instituciones”

Entrevista con Beatriz Carrillo, presidenta de la Federación de Gitanas Universitarias Fakali.

el 18 ene 2014 / 21:29 h.

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Beatriz Carrillo en la sede de Fakali, asociación que preside desde hace ya más de una década. Beatriz Carrillo en la sede de Fakali, asociación que preside desde hace ya más de una década.

“En vez de tener conciencia social para luchar contra la pobreza lo que se quiere es quitar de enmedio a los pobres”. Beatriz Carrillo, presidenta de la Federación de Gitanas Universitarias Fakali/Amuradi, ilustra su perfil de twitter (@BeaMCarrillo) con una foto del recientemente fallecido Nelson Mandela. Negros, gitanos, inmigrantes... todos tienen en común que cuando Dios aprieta, a ellos, sí les ahoga. Pero a Beatriz le quedan fuerzas (muchas) para pedir que la comunidad gitana no sea olvidada ni despreciada.

–Comunidad vulnerable donde las haya, ¿de qué manera está golpeando la crisis a las mujeres gitanas? –El camino que nos habíamos marcado, el de la transformación y el cambio, nos está costando más que nunca. Con esta crisis estamos siendo más vapuleadas, con tasas de desempleo altísimas y un nivel formativo lamentable.

–¿Esto puede hacer que se pierda toda una generación de jóvenes gitanas? –Pues claro que se podría perder y, por eso, hay que encontrar una solución de forma urgente. Lo que está pasando es trágico. Si ya tienen problemas serios para estudiar jóvenes que no son gitanos, imagínese los que sí lo son. Se les está poniendo muy complicado poder formarse.

–¿Y cuál es la respuesta que dan las instituciones? –Uff, todos los días terminamos topándonos con lo de siempre: que estamos muy mal, que no hay recursos...

–¿Para dar respuesta a estas comunidades a las que la crisis está afectando de manera más dura solo hace falta dinero? –Hombre, los medios son necesarios, de eso no hay duda. Los temas sociales son muy desagradecidos porque los resultados son a largo plazo. Pero también es verdad que hay que tener conciencia y ser rigurosos en el uso que se da a los fondos. Ahí está el caso del Polígono Sur. La situación es crítica después de todo el dinero que se ha invertido. No hay empleo y con la venta ambulante, que es el medio de subsistencia del 90% de los vecinos, tampoco consiguen llevar el pan a sus hijos.

–Aunque muy lentamente y en porcentajes todavía ínfimos, lo cierto es que en el Polígono Sur se habían conseguido reducir la violencia y las drogas, ¿ha habido un repunte por la crisis? –No, no, la situación que se vive en el barrio es terrible, trágica pero no porque haya más violencia o droga sino porque las familias están sufriendo unas tasas de desempleo alarmantes.

–Todos los focos están puestos en el Polígono Sur, pero ¿detectan ustedes una situación igual de alarmante en otros barrios? –Ya es que no se habla del Vacie, pero allí están cerrados los espacios en los que nosotros ofrecíamos cursos y acompañamiento a las mujeres. Estamos tramitando una solicitud al Ayuntamiento para saber qué es lo que ha pasado. No sabemos nada.

–¿Las mujeres gitanas aspiran a equiparse a las payas? –No se trata de compararnos. Las mujeres gitanas tenemos nuestra cultura y a lo que aspiramos es a disfrutar de la misma igualdad. Hay cosas comunes y cosas en las que nos diferenciamos.

–¿Coincide usted con los que advierten de que en España se han incrementado los actos y comentarios racistas? –Estamos muy preocupados con este asunto. Aquí [por España] queda muy poco para que explote algo. Lo vemos en las redes, en la calle... Cuando falla lo económico y si no hay compromiso y conciencia política para ayudar a los que más lo necesitan, el racismo va colándose en las instituciones.

–¿Han denunciado ustedes ante la Justicia acciones racistas? –En el juzgado de guardia pusimos una denuncia contra el programa Palabra de gitano (Cuatro). Era horrible, horrible e increíble que en pleno siglo XXI tuviéramos que ver mensajes en las redes sociales del tipo “hay que gasearlos”, “que vuelva el Holocausto”.

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