Cultura

Cuando los sueños son realidad

El Circo del Sol se supera a sí mismo con un espectáculo colmado de imágenes hermosas e impactantes.

el 08 sep 2011 / 05:25 h.

Los saltimbanquis animan la escena en la primera parte del espectáculo con una peculiar fiesta de pijamas tan vertiginosa como espectacular y desenfrenada que hace las delicias del público.

Allá donde va la llegada del Circo del Sol supone todo un acontecimiento. No en vano esta factoría de ilusión es capaz de atraer a un número masivo y hetorogéneo de espectadores. Pudimos comprobarlo ayer en el estreno en nuestra ciudad de ‘Corteo' su último espectáculo.

El evento atrajo a una curiosa gama de conocidas figuras de nuestra ciudad, políticos entre los que se encontraba el mismísimo alcalde, Juan Ignacio Zoido, periodistas como Jesús Vigorra, actrices como Mercedes Hoyos, directores de teatro como José María Roca o Pepe Quero, artistas flamencas como Cristina Hoyos, cantantes populares como Hugo y hasta algún que otro futbolista. Todos se rindieron ante el torrente de imágenes hermosas y el fantástico despliegue técnico al servicio de una puesta en escena teatral que, fiel al espíritu circense, en esta ocasión consigue superarse y ofrecernos un espectáculo que no sólo resulta más difícil, sino incluso "más mágico todavía".

Para ello se sirve de una iluminación teatral tan impresionante como impecable, un vestuario repleto de colorido y fantasía y una música incidental tocada en directo capaz de conmover a un muerto. No en vano la historia gira precisamente en torno a los últimos momentos de un clown cuyo destino, como no podía ser menos, es encaminarse hacia el cielo de los cómicos para convertirse en un ángel bueno que derramará sobre el escenario del circo toda la inocencia, la ilusión y la esperanza que los payasos, esas figuras entrañables que nunca dejan del todo de ser niños, son capaces de albergar.

Aunque en realidad, esto no es más que el punto de partida, un hermoso guiño que homenajea al payaso extendiendo su figura a la del cómico teatral. Y es que, si por algo se distingue esta compañía es precisamente por su capacidad para llevar el lenguaje del circo a un escenario teatral y conformar un relato mediante los diferentes números circenses.

No obstante, más que conformar un argumento dramático propiamente dicho, el montaje nos propone un recorrido de números circenses que se sirve de un perfecto engranaje teatral y unas elaboradas transiciones dramáticas. Cabe destacar el vertiginoso ritmo de la puesta en escena, así como la originalidad de algunos números, como el de las trapecistas en las lámparas o el de los saltimbanquis en las camas. Aunque, sin duda, lo más enconmiable es la elevada calidad y preparación técnica de los integrantes.

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