Beatriz González, directora de la orquesta de mujeres Almaclara / Pepo Herrera
La orquesta de cámara de mujeres Almaclara nació en 2008 como el mejor instrumento para reivindicar a las mujeres dedicadas a la música que no pudieron alcanzar sus metas no por falta de talento sino por su sexo. El homenaje viene desde el mismo nombre: Alma, por Alma Mahler, y Clara en honor a Clara Schumann.
Hace seis años que en estas mismas páginas informábamos del nacimiento de Almaclara. ¿Qué ha pasado desde entonces? ¡Que mehe hecho mayor! (risas) Nos ha pillado la crisis, aunque hemos conseguido subsistir. Y estoy contenta por ello. La cultura siempre es la primera en caer cuando hay momentos de dificultad, pero en Almaclara hemos sabido diversificar con nuevos formatos.
¿Por qué el concierto del próximo 5 de marzo a María Callas? Pues porque nos encanta. El 2 de diciembre pasado se cumplieron 90 años de su nacimiento. Hemos versionado para música de cuerda sus arias más conocidas con intención de que la música imitara, recordara, a esta soprano inimitable e irrepetible.
¿Cuáles son los proyectos de futuro de la orquesta? Con la orquesta hacemos tres encuentros al año: uno en verano, otro en noviembre y otro en marzo coincidiendo con el día de la mujer. Para el próximo verano puedo adelantarle que estamos preparando un programa que gira en torno al cine. Lo más seguro es que lo demos a conocer en zonas de playa, porque en agosto Sevilla no es muy apetecible. Tenemos ya cerrado Punta Umbría, Chipiona, Zahara, Vejer...
¿Cómo se mantiene un proyecto como éste sin apenas ayuda? Porque creemos en lo que estamos haciendo. Si te dedicas a la música clásica sabes que lo haces por vocación y no por dinero. Un proyecto como el homenaje a Callas no hubiera sido posible sin el patrocinio de Inés Rosales.
¿Cómo llega Inés Rosales a patrocinar este evento? ¡Porque somos muy pesadas! Con todas las vías cerradas por la crisis, teníamos la necesidad de un patrocinador para cubrir al menos los gastos. ¡No queríamos tocar cualquier empresa! Queríamos que ésta tuviera relación con nosotras. Inés Rosales encaja a la perfección. Detrás hay una historia de superación y emprendimiento como la nuestra.
Cambiemos de tercio, ¿goza de buena salud el panorama cultural en Sevilla? La gente tiene ganas, y muchas, de cultura. Eso es lo importante. Si se mantiene ese espíritu, la cultura y su demanda seguirán vivas.
El mundo del cine articula perfectamente sus críticas a los recortes, pareciendo que son ellos la cultura. ¿No tiene la música clásica que organizar mejor sus quejas? Hacerse oír más, en definitiva. Sí que nos alzamos pero somos el hermano pequeño. El cine tiene todo el altavoz con la gala de los Goya. Y me parece muy bien. Pero no nos damos por vencidos.
¿No es frustrante tanto esfuerzo y tan poca implicación de los poderes públicos? Para mí es un aliciente, me ayuda a exigirme más, a pensar en cosas diferentes. Si lo que queremos es hacer música y compartirla, eso lo estamos logrando y llegando a la gente. Cada comienzo de curso preparamos los proyectos, empezamos a presentarlos y uno va llevando a otro. Ese engranaje hace que una cosa vaya a la otra.
Y hablando de salud cultural, ¿la del Maestranza cómo está? Yo les admiro. La Sinfónica tiene una plantilla maravillosa. Si no estuviéramos ligados a subvenciones políticas todo sería más fácil. Depender de una subvención implica que cuando las cosas se tuercen económicamente, tu proyecto peligre.
¿Las empresas están dispuestas a apoyar la cultura como ha hecho Inés Rosales? Nosotros acabamos de abrir esa línea de trabajo. Imagino que las empresas lo están pasando mal. Ahora, si remonta la economía, esperemos que esa colaboración de las empresas con la cultura sea mayor.
