I. Comesaña / D. Cela
La Policía Nacional detuvo ayer martes a cuatro personas tras un tiroteo ocurrido al mediodía en el Polígono Sur, en el que no hubo heridos. Los investigadores presumen que se trató de un intento de venganza entre la familia del joven de 17 años que murió hace mes y medio al recibir un disparo en la cabeza cuando pasaba en coche junto a una pelea, y un pariente de alguna de las 35 familias que huyeron tras el suceso al estar algunos implicados en la pelea. Los detenidos son el padre y tres hermanos del joven fallecido, según ha confirmado la Jefatura Superior de Policía.
Los familiares de los arrestados se han concentrado durante toda la mañana ante los calabozos de la Jefatura exigiendo a la Policía "que detenga a los autores de la muerte" del joven en vez de a sus parientes. Aunque se investiga la posibilidad de que la persona que se encontró con los detenidos se hubiese acercado a su antigua vivienda para buscar enseres personales, las familias que huyeron, que componen un grupo de unas 300 personas y llevan 45 días viviendo en chabolas por miedo a represalias, aseguran que el tiroteo comenzó porque la familia del joven muerto vio a un "pariente lejano" de alguno de ellos que no se había llegado a marchar del barrio. El grupo de Homicidios de la Policía Nacional tiene aún abiertos todos los detalles de la investigación, en la que está trabajando en estos momentos.
Al barrio se han desplazado efectivos de la Policía Nacional para reforzar la presencia de la Policía Autonómica y asegurarse de que no hay nuevos incidentes.
Este tiroteo, ocurrido en la zona de Los Verdes, la misma en la que murió el chaval, es una venganza tras el disparo que mató a un joven de 17 años que pasaba con su familia en coche por la calle Luis Ortiz Muñoz y recibió el disparo de una bala perdida de una pelea, que se originó por una disputa entre toxicómanos. Esta discusión tuvo lugar frente a la zona en la que vivían todas las familias de chabolistas que llegaron al Polígono Sur en 2005 procedentes del asentamiento de Los Bermejales, que no son parientes entre sí sino varias familias distintas, pero se les conoce de forma genérica como Los Caracoleños, porque procedían de viviendas prefabricadas o caracolas. Como no se integraron en en barrio y muchos se dedicaban a actividades delictivas, la zona en la que se instalaron se convirtió en una de las más conflictivas del Polígono Sur.
Tras este suceso, todos huyeron a un descampado en el que hay 300 personas, 150 de ellos menores de edad, que llevan 45 días viviendo sin ninguna atención. Junta, Comisionado del Polígono Sur y Ayuntamiento trabajan ya para solventar esta situación, por la que el Defensor del Pueblo Andaluz ha abierto una queja de oficio. La Consejería de Educación envió además ayer un informe sobre la situación de los niños a la Fiscalía de Menores.