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Deportes

Cuatro goles, cuatro bajas, cuatro salidas perdiendo, cuatro...

El Sevilla se descompuso tras el penalti y la expulsión de Fazio y encajó un hiriente 4-0 en el Vicente Calderón.

el 25 nov 2012 / 21:52 h.

Cuatro goles encajados, cuatro bajas para el próximo partido de Liga, cuatro derrotas consecutivas lejos del Ramón Sánchez Pizjuán, cuatro... del cinco memorable del derbi al cuatro horripilante del Vicente Calderón. Hay que ver cómo cambia la tortilla en esto del fútbol en apenas unos días. El Sevilla se plantó en Madrid henchido de moral después de la manita al eterno rival, pero lo hizo mermado por la sanción de Medel y la lesión de Negredo, que ya empieza a pasar factura. Fazio y Reyes, las figuras del 18N, titulares por supuesto, y enfrente un Atlético que está firmando un inicio de Liga histórico, capaz de aguantarle el pulso al mejor Barça de todos los tiempos y que ya le saca ocho puntos nada menos que al Real madrid de Mou, el vigente campeón del torneo.

La tarea era complicada, para qué negarlo, y los precedentes sevillistas lejos de Nervión –tres derrotas en las tres salidas precedentes– nada halagüeños, aunque pocos podían imaginar que el partido se le fuera a poner tan fácil a los colchoneros. Veinte minutos duró el pleito, los que tardaron Spahic y Fazio en cometer un doble penalti que además supuso la expulsión del argentino, que el árbitro se pudo evitar pero decidió que no. Iglesias Villanueva pudo señalar penalti y amarilla de Spahic, penalti y amarilla de Fazio o penalti y roja de Fazio –según la interpretación que le diera a la jugada– y optó por lo último, lo más dañino para el Sevilla, que se descompuso a raiz de esa acción. También pudo no haber pitado nada, dirá alguno. Pues claro, pero entonces hubiera cometido un grave error porque infracción hubo, y por partida doble.

Así que el que quiera taparse tras una excusa puede usar a Iglesias Villanueva de parapeto, pero se estará engañando a sí mismo. El Sevilla, tras el 1-0, se diluyó como un azucarillo, fue incapaz de plantar cara al Atlético y se pudo llevar un saco, aunque los daños quedaron minimizados en una segunda parte aseada, en la que se mantuvo un digno 3-0 hasta que Palop falló de forma ostensible en el descuento y dio pie a un 4-0 que muy posiblemente le vaya a pasar factura y que es especialmente hiriente por las cábalas a que da lugar.

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