Cuatro jóvenes de Écija se enfrentan hoy a una petición de 18 meses de libertad vigilada por un presunto delito de coacciones contra una menor. Es la pena que pide para ellos la Fiscalía de Sevilla. Pero la acusación particular los acusa de una presunta violación y pide siete años de internamiento en un centro de menores para uno de ellos y de cuatro para los otros tres.
Los hechos por los que se juzga a los jóvenes tuvieron lugar en mayo de 2008, en concreto los días 12 y 14, según familiares de los denunciados. El 15 de mayo de 2008 tres de ellos fueron detenidos y llevados a la Fiscalía de Menores, donde prestaron declaración. Margarita Santiago, madre de uno de los acusados y tía de otro, asegura confiar en la inocencia de los jóvenes, que tenían entre 16 y 17 años cuando tuvieron lugar los hechos, y a quienes acusan de violar a una menor. En defensa de su hijo y de su sobrino, esta mujer citó un supuesto examen médico que descartaría que ésta hubiera sido violada.
También el ministerio fiscal descarta la violación y pide una pena por presuntas coacciones sobre la persona de la niña. "Menos mal que se hizo examen médico que demostró que no había habido nada", reconoció la mujer, visiblemente afectada por la situación que vive desde hace más de un año y deseosa de "limpiar la imagen" de su hijo cuando termine el juicio, que espera que sea favorable a los cuatro acusados. Según la denuncia de la presunta víctima, los jóvenes abusaron de ella en su vivienda, los días 12 y 14 de mayo de 2008, cuando ella se encontraba estudiando junto con, al menos, otras cuatro personas más. De acuerdo con el testimonio de la joven, y que obra en poder de las partes, llegó a ser atada y agredida sexualmente por el resto de los compañeros en su vivienda.
La familia de los acusados sostiene, sin embargo, que todo es una invención y cita a su favor el examen médico a la niña y el testimonio de, al menos, tres testigos, "que dicen que no hubo fuerza alguna, que escucharon reír a la joven y no gritar ni pedir auxilio", según manifestaron.
En cualquier caso, serán los jueces los encargados de derimir si realmente la niña sufrió una violación, en un caso que causó bastante conmoción en el municipio por tratarse de menores y por hablarse de una agresión sexual. Más recientemente, en concreto el pasado verano, dos casos en las provincias de Huelva y Córdoba conmocionaron a la opinión pública, también por la denuncia de violaciones de niñas a manos de compañeros igualmente menores, causas todavía pendientes de su esclarecimiento.
