Dentro de los espeluznantes datos que presentan en cuanto a mortalidad infantil los países en desarrollo, Cuba arroja las cifras más esperanzadoras. La isla tiene el porcentaje más reducido de fallecimientos en niños de hasta cinco años, mientras que es en Argentina donde el riesgo de fallecer durante el embarazo o el parto es menor, con un caso por cada 530 mujeres, según señala Unicef.
En Cuba, siete niños menores de cinco años mueren por cada 1.000 nacimientos, un dato nada convincente pero bastante positivo si se compara con el de Sierra Leona, donde se producen 270 muertes por cada 1.000 nacimientos. En la lista de los países en desarrollo con datos más positivos en cuanto a mortalidad infantil, tras Cuba se sitúan Sri Lanka y Siria, con 13 y 14 muertes infantiles por cada 1.000 nacimientos.
Al otro lado del cómputo, los peores datos, detrás de los de Sierra Leona, son los de Angola, con 260 muertes y Afganistán, con 257, según el informe hecho público en Ginebra.
Desde 1990, cuando la comunidad internacional estableció las metas conocidas como Objetivos de Desarrollo del Milenio para mejorar la situación de las poblaciones más pobres, las muertes de menores de cinco años en el mundo han pasado de 93 a 72 por cada 1.000 nacimientos. En el caso de América Latina y el Caribe, se pasó de 55 a 27 fallecimientos.
El informe también recoge los datos de muertes de niños menores de cinco años en España y otros países desarrollados. Este país ocupa el puesto 175, con cuatro fallecimientos por cada 1.000 nacimientos. Los mejores datos los presentan Andorra, Islandia, Liechtenstein, San Marino, Singapur y Suecia, donde la cifra retrocede hasta los tres menores de hasta cinco años muertos por cada 1.000.
