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Cuidado con la confianza

Arenas advierte de los riesgos de la excesiva esperanza en la victoria.

el 22 may 2010 / 13:01 h.

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José Luis Sanz, Juan Ignacio Zoido y Javier Arenas, ayer, en el parque de la Buhaira.

"Ahora o nunca". Con este mensaje casi apocalíptico inició ayer el periplo de los 365 días que quedan para las elecciones municipales un PP exultante de confianza en la victoria. Un baño de multitudes, y de sol de justicia, en el parque de la Buhaira, entre estornudos alérgicos, señoras pidiendo autógrafos y niños correteando con globos impresos con el que será el lema de la campaña: "Ya! Sevilla". Después de "hablar" con la ciudad durante tres años -la anterior consigna popular era "Habla Sevilla"-, ahora se lanza al aquí y ahora.

Juan Ignacio Zoido, el candidato, no se olvida de su advertencia sobre su retirada de la política si no llega a ser alcalde el próximo 22 de mayo de 2011 ni en el primer mitin de la precampaña electoral. "Ahora o no habrá otra porque me voy", pareció decir entre líneas.

Una precampaña que arranca prematura, aunque no tanto si se atiende a las palabras de Zoido: "En 2007 empezamos la campaña y desde entonces hemos estado en la oposición como si estuviéramos en el Gobierno". "Habla Sevilla" era la propuesta del PP para llegar a los barrios, con un Zoido cercano, sin chaqueta, que se ha pateado las calles de la ciudad como si de un alcalde se tratara. Con foto de cada uno de esos momentos. Ayer apareció de la misma manera, ronco por la victoria del Sevilla en la Copa del Rey y con su hijo pequeño en los brazos. Recordando, ante el clamor popular -nunca mejor dicho- que su equipo son los "3.000 interventores que tiene el partido en todos los distritos".

En la presentación del candidato, José Luis Sanz, presidente provincial del PP y alcalde de Tomares, y el líder regional de los populares, Javier Arenas. El primero fue el más optimista. "Queda un año para que Juan Ignacio Zoido sea el alcalde de Sevilla. Para que se produzca el cambio político que la ciudad necesita", dijo. "Hace tres años un pacto de perdedores, mal llamado pacto de progreso, le arrebató en los despachos lo que no pudieron ganar en la calle", continuó Sanz. Arenas fue un poco más discreto: "La ilusión en la victoria no nos puede llevar a la confianza".

Confiados, aunque quizás no tanto dada la explicación del eslogan electoral: "Ahora o nunca. Es el momento. Comienza la cuenta atrás. El cambio ya está aquí". Porque la encuesta que maneja el PP, que le otorga un amplísimo margen del 46,8% de los votos -entre 17 concejales, cifra mágica de mayoría absoluta, y 18- y en la que se dice que el 71% de los sevillanos quieren un cambio, no termina de espantarse el que para la formación popular es el mayor fantasma: el pacto por la mayoría social de PSOE e IU.

De uno de sus firmantes, al menos Zoido, ni se acordó. Y eso que se ha llevado los últimos tres años pintando a un Antonio Rodrigo Torrijos, el candidato de IU y primer teniente de alcalde en esta legislatura, poco menos que como un fauno con cola y tridente. Arenas sí lo presentó como "el que manda" en un "trinvirato" cuyos otros dos miembros son el alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, y Juan Espadas, el aspirante a regidor aún no nombrado del PSOE. Ahí también atacó el presidente del PP-A. "El PSOE respeta tan poco a la ciudad que ni tiene candidato ni tiene alcalde", soltó.

Zoido, en su intervención, fue fiel a una de sus frases: "Queremos recuperar el diálogo y abandonar la crispación". No hubo referencias a sus adversarios políticos y sí una clara intención de atraer a los indecisos. "Porque no tenemos nada mejor que hacer desde que nos levantamos que ser útiles a todos aquellos para los que trabajamos: los sevillanos. Piensen como piensen, se sientan o no vinculados a una ideología".

Y si de algo ha sido acusado Zoido por Monteseirín y por Torrijos es de no definirse en cuanto al modelo de ciudad al que aspira. El líder de IU lo culpó de "no saber qué quiere ser de mayor" y el alcalde ha dicho varias veces de él "que no puede darle a uno y a su contrario". Para que no quedara duda que lo que quiere para Sevilla a partir de 2011, ayer enumeró sus proyectos: "Sólo hay que conseguir que las cosas funcionen, que el tráfico sea fluido, que podamos aparcar, que haya seguridad, que vivamos en paz, que las cuentas estén claras, que los parques estén en orden, que los impuestos sean moderados, que el autobús llegue a su hora, que quien gobierne escuche a la calle, que los centros deportivos no sean un peligro, que los baches no sean lo normal en las calles, que los plazos se cumplan, que las obras se hagan bien, que se pueda acceder a una vivienda digna".

Porque las elecciones de 2011 serán de quienes consigan atraer a los desencantados. Y la materia para hacerlo es tirar de retórica política, donde quizás no siente nada bien ese "ahora o nunca".


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