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Cultura como fuente de conflicto

Los museos, los festivales municipales y el patrimonio enfrentarán a la Junta con el PP.

el 07 may 2012 / 21:43 h.

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Luciano Alonso (derecha) recibe la cartera de manos de Paulino Plata.

El malagueño Luciano Alonso tomó ayer posesión como nuevo responsable de Cultura yDeporte de la Junta de Andalucía. En el acto de relevo, su paisano y nuevamente antecesor -ya lo precedió en la Consejería de Turismo-, Paulino Plata, le hizo entrega de una cartera que, como viene siendo ya habitual en los últimos cambios de consejero, recibe repleta de asignaturas pendientes para con Sevilla.

Y es que Alonso aterriza en un departamento que arrastra desde hace casi una década una buena ristra de proyectos pendientes. Entre ellos, los más significativos son la ampliación del Bellas Artes o la rehabilitación integral del Arqueológico, dos cuestiones que dependen del Ministerio de Cultura, que ya ha anunciado que se retrasarán al menos un año más, debido a la crisis económica.

Teniendo en cuenta la experiencia del pasado, todo hace prever que la reivindicación política sobre la mejora de estos museos volverá a un primer plano, después de siete años en los que a la Junta, con el PSOE en el Gobierno central, se le pasaron las prisas por ver ampliada la pinacoteca y reformado un Arqueológico que, literalmente, se cae a pedazos. Una postura que contrasta con los tiempos en los que Carmen Calvo, como consejera andaluza, exigía el traspaso de la titularidad de estas instituciones ante la falta de inversión del entonces Gobierno de Aznar.

Y ligada a estas cuestiones, sigue esperando una respuesta la colección de arte de Mariano Bellver, que lleva diez años ofreciendo su donación a la ciudad sin que nadie le dé solución.

Pero no son éstos los únicos temas que prometen conflicto entre administraciones. El Consistorio, institución con la que esta consejería ha tenido múltiples roces, incluso cuando estaba en manos del PSOE, viene denunciando en los últimos tiempos el abandono por parte de Cultura. Como prueba, la decisión de la Junta de dejar de apoyar el Festival de Cine Europeo o los recortes en el Maestranza y la Orquesta Sinfónica. Sin ir más lejos, la Bienal de Flamenco, que debe celebrarse en septiembre, ya ha sido usada como arma arrojadiza.

Pero sin lugar a dudas, el punto clave de fricción estará en las cuestiones patrimoniales. El todavía delegado provincial de Cultura, Bernardo Bueno, que ya anunció que no repetirá en el cargo, ha dejado muy claro antes de irse que el Ejecutivo andaluz no va a tolerar las intenciones del Ayuntamiento de levantar nuevamente la Alameda de Hércules o cambiar los usos culturales previstos en la Gavidia. A esto hay que sumar la batalla en torno a la construcción de la Torre Pelli, de la que Plata se desentendió.

Mucha pólvora la que Alonso deberá gestionar. La duda es saber si buscará el rédito político mediante la confrontación o mediante la leal colaboración. En breve, la respuesta.

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