Una compañía de danza, especialmente si es pública, suele constar -principalmente- de un director estable, un cuerpo de baile fijo -que se nutre cada año de nuevos talentos mediante audiciones- y un repertorio de producciones propias que se van alternando y con las que se sale de gira. Hasta hace poco, éste era el modelo del Ballet Flamenco de Andalucía , dependiente de la Junta. Tenía una directora, Cristina Hoyos , una plantilla de bailaores y una serie de espectáculos propios, firmados por la coreógrafa desde que llegó al cargo en 2004, tales como Viaje al Sur, Romancero Gitano y Poema del cante jondo.
Sin embargo, la necesidad de recortar gastos ha llevado al consejero de Cultura, Paulino Plata, a idear un formato que, manteniendo la marca de Ballet Flamenco, reduzca sus costes, aunque para ello se abandone la idea de compañía y se opte más bien por una productora, externalizando la parte creativa.
A partir de ahora, el Instituto Andaluz de Flamenco (IAF) abrirá anualmente una convocatoria pública a la que podrá concurrir quien lo desee -incluidas compañías privadas- con un proyecto artístico que deberá ajustarse a unos criterios que la administración fijará en las bases. De entre todas las propuestas presentadas, una comisión artística decidirá qué espectáculo o espectáculos se producirán esa temporada -con dinero público- bajo el sello del Ballet Flamenco. Estos montajes estarán dirigidos por el coreógrafo que lo presente al concurso, al que se contratará sólo para esa obra.
Además, se convocarán audiciones para elegir a los bailaores que participarán en ese título y que no se quedarán en la compañía, sino que estarán en plantilla mientras duran las representaciones. Al año siguiente, se repetirá el proceso de selección.
Esto supone que cada año habrá una refundación del Ballet. De hecho, ya no queda ninguno de los anteriores integrantes del cuerpo de baile de Cristina Hoyos, ya que sus contratos se dieron por terminados a principios de año.
El ahorro que se logra así es "considerable" -Cultura no dispone aún de datos concretos-, en comparación con el anterior modelo, ya que la consejería no pagará los sueldos anuales de la dirección y los artistas, según explicaron ayer el consejero del ramo, Paulino Plata, y la directora del IAF, María de los Ángeles Carrasco.
Ambos convocaron a la prensa para presentar este nuevo modelo y desvelar quiénes conformarán el consejo asesor durante tres años. La veterana bailaora y maestra de la escuela sevillana Matilde Coral será la presidenta honorífica, mientras que el bailarín Víctor Ullate será el presidente efectivo. Los vocales serán la directora del Teatro Villamarta y del Festival de Jerez, Isamay Benavente, y la directora artística de la Bienal de Sevilla, Rosalía Gómez, además de Marta Carrasco, experta en danza e investigadora de flamenco; María Isabel Gallardo, maestra del Ballet Nacional; Antonio Garde Herce, subdirector general de Música y Danza del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (Inaem) del Ministerio de Cultura; José Luis Castro, director de teatro, y Segundo Falcón, cantaor y asesor de la consejería. La directora del IAF ejercerá como secretaria de la comisión, pero no tendrá voto en las deliberaciones. Ninguno de ellos cobrará nada por esta tarea, más que los gastos de desplazamiento, en caso de haberlos.
Su misión será estudiar y evaluar los proyectos artísticos que se presenten a concurso. La primera convocatoria se publicó en BOJA a principios de agosto y se cerró el miércoles.
La comisión se reunirá por primera vez el 27 de septiembre. Los espectáculos que produzca la Junta con la marca Ballet Flamenco se ensayarán en la actual sede de esta institución, en la calle Calatrava de Sevilla.
En cuanto a las producciones que bajo la batuta de Cristina Hoyos montó la Junta, Plata explicó que se ha llegado a un acuerdo con la bailaora para que ella y su nueva compañía privada puedan representarlas -en concreto Viaje al Sur y Poema del Canta Jondo-, lo que no significa que el IAF "renuncie" a poder volver a ponerlas en escena.
Del mismo modo, Plata dijo que se aprovechará esta nueva fórmula para potenciar la colaboración con el Centro Andaluz de Danza -dedicado a la enseñanza- para que sus alumnos puedan participar en las producciones del Ballet, algo impensable con la exdirectora, que se mantenía al margen del CAD.
En cuanto a la ausencia de Cristina Hoyos en la comisión artística, el consejero negó que la bailaora haya declinado formar parte de ella, ya que "era obvio" que con estos cambios ya no tenía hueco en el Ballet. No obstante, remarcó que esto no significa que no se vayan a dar colaboraciones en el futuro.
