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Cultura extrae y expone un pedestal romano de 1.500 kilos

Tras cuatro años sin mover ficha, Cultura extrajo este lunes un valioso epígrafe del sótano excavado en una casa-palacio de Argote de Molina. Debido a su peso y a que el forjado del Museo Arqueológico no resistiría sus 1.500 kilos, se exhibirá por ahora en la la delegación provincial en Castelar. (Foto: Juanma Rodríguez)

el 15 sep 2009 / 01:09 h.

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Tras cuatro años sin mover ficha, Cultura extrajo este lunes un valioso epígrafe del sótano excavado en una casa-palacio de Argote de Molina. Debido a su peso y a que el forjado del Museo Arqueológico no resistiría sus 1.500 kilos, se exhibirá por ahora en la la delegación provincial en Castelar.

La consejera de Cultura, Rosa Torres, luego de valorar la relevancia de una pieza que evidencia -por su mensaje- el poderío económico, empresarial y social de que gozaron los comerciantes del aceite de oliva en época romana -de la Bética se abastecía a todo el Imperio, y en especial a Roma-, justificó el que el pedestal no se exhibiese en su lugar natural, el Museo Arqueológico Provincial de Sevilla, por razón de peso. "Hablamos de 1.500 kilos de mármol macizo", apostillaba su delegado provincial Bernardo Bueno.

Y claro, Cultura no las tiene todas consigo de que el forjado de la sala dedicada a los epígrafes romanos en el museo resista tamaño peso. Por si acaso, se ha resuelto realizar "un depósito temporal del pedestal en esta sede de la Delegación Provincial de Cultura". Así es como el pedestal ha acabado dando historia al patio principal de la calle Castelar, donde puede visitarse.

"Se trata de una obra de gran potencia que hace pareja con otra hallada hace unos años en la puerta primitiva del Alcázar", desgranó la consejera. Tanto una como otra remiten en sus inscripciones a la cofradía de los olearios o aceiteros, cuya sede se sospecha que no debía estar muy lejos de la calle donde ha aparecido.

En la presentación pública de la pieza no faltó la viuda del dueño de la casa-palacio del número 30 de la calle Argote de Molina, el mismo que desde mediados de los noventa ha intentado rehabilitarla con diversos usos y malas artes, según han confirmado a este periódico los dos arquitectos afectados -a los que, según denunciaron, no les pagó sendos proyectos-. De hecho, fueron las obras ilegales en el sótano del inmueble, más el aviso a Cultura del promotor de la aparición de esta vistosa pieza, las que motivaron su paralización. Y así siguen desde 2004.

El pedestal, al menos, ha podido ser rescatado, aunque ciertamente con bastante demora. Una vez que Cultura ha dado el paso, el proceso tampoco ha sido fácil. El dueño, mientras vivía, puso trabas, y la poca pericia de las obras que acometió en el sótano de su edificio han obligado a redactar un proyecto arquitectónico y de ingeniería para extraer el epígrafe sin riesgo de desplome. En la operación se han invertido 10.500 euros.

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